Crisis demográfica

"Sen traballo a xente marcha"

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photo_camera Un vecino cruza la calle en la localidad de Esgos. (MARTIÑO PINAL)

Mientras Pereiro de Aguiar crece de forma continuada desde hace dos décadas, su vecino Esgos pierde trabajadores y gana parados y pensionistas. La cara y la cruz del desarrollo económico de la provincia

Pereiro de Aguiar y Esgos muestran la cara y la cruz del desarrollo económico de la provincia. Mientras el primero gana habitantes desde hace dos décadas, el segundo aumenta en número de pensionistas y parados. A pie de calle, los vecinos de ambos municipios fronterizos no son ajenos a la realidad, marcada por las oportunidades laborales y los servicios. "É lóxico que a xente non veña, que sentido ten, se aquí non hai traballo", explican desde Esgos. 

En Pereiro de Aguiar, la situación es, según aseguran los lugareños, la contraria. "Aquí temos de todo, o único que falta son máis autobuses para Ourense, pero xa nos dixeron que se van poñer proximamente", asegura Laura Nespereira, natural del municipio. A sus 27 años, tiene claro que no se quiere mudar: "Non cambio vivir aquí por vivir na cidade, para min é un privilexio, isto é máis tranquilo". Los vecinos de Pereiro aseguran que el polígono industrial, la cercanía a la ciudad o el entorno natural son algunas de las razones que hacen que el municipio siga creciendo. "No último ano estanse vendo cambios que eran moi necesarios, somos un concello con futuro para a xente máis nova", explica Alfonso Juanes Losada, vecino de la localidad desde hace 18 años. 


"As compras, na Derrasa"


"Aquí as aldeas van quedando sen xente... e os que quedan, cada vez son máis maiores", dice José Ramón Rodríguez, natural del municipio de Esgos. La despoblación y el envejecimiento se suman a la falta de oportunidades laborales. "Yo en cuanto pueda me iré de aquí, no veo posibilidades de encontrar trabajo, la verdad", cuenta el vecino Abel López, de 19 años. "Ou traballas na gasolinera ou na olería, do demais pouco hai", asegura Rodríguez.

Un pequeño supermercado en la localidad surte a los lugareños de productos básicos. "Pero se queres carne ou pescado tes que ir facer a compra á Derrasa ou a Maceda, ou a Ourense", puntualiza Rodríguez. 


El tirón del polígono


Uxía Calleja, de 21 años y natural de Pereiro, termina este curso sus estudios en la Universidad de Vigo. Luego, planea irse fuera. "En principio quiero marcharme, pero luego si uno puede volver pues mejor, claro, ya veremos qué depara el futuro", explica. 

Las oportunidades laborales del polígono de Pereiro facilitan la llegada de jóvenes al municipio, y muchos son los que se asientan en él de forma definitiva. "Vivo en Tapada de Bouzas, y allí da gusto ver cuántas parejas jóvenes hay, cuántos niños... Hace años no se imaginaba uno esa posibilidad y ahora son muchos los que vienen, algunos de forma temporal, pero otros se quedan", explica Anabel Piñeiro. 

Una realidad que difiere mucho de la de Esgos, donde después del verano se aprecia la caída de población: "Aquí cando chega setembro nótase moito que a xente volve os seus lugares habituais de residencia, como en tantos outros pobos". Sefa González regenta una cafetería en Esgos, y asegura que las posibilidades de encontrar trabajo son pocas: "Se non montas ti un negocio...". González espera que si la Ribeira Sacra se convierte en Patrimonio de la Humanidad, el turismo se convierta en el motor del municipio: "Pode ser moi bo en canto a hostelería, claro".


Las vecinas


Laura Nespereira: "Agora hai moitos máis nenos que cando era pequena"

Laura Nespereira es natural de Pereiro de Aguiar, donde actualmente trabaja y reside. A sus 27 años vio numerosos cambios a su alrededor, el municipio creció de forma exponencial –más de 1.500 habitantes nuevos en las últimas dos décadas–. "Agora hai moitos máis nenos que cando era pequena, é unha alegría ver que cada vez son máis os que veñen aquí. É que temos de todo", asegura. 

Uxía Calleja: "Aunque estés en un pueblo estás muy cerca del centro"

Para Uxía Calleja, de 21 años y natural de Pereiro, este es su último año de universidad. Después se marchará a hacer las prácticas fuera de la ciudad, pero le gustaría volver: "Tengo la oportunidad de salir, por eso quiero probar". La vida en Pereiro suma, según explica, "un poco de los dos mundos": "Aunque estés en un pueblo, en realidad estás muy cerca del centro, llegas en nada, tienes tranquilidad y también ciudad".

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