Crónica

Las trabas a la modernidad

Desde las zonas rurales se exige cada vez más una conexión a internet de calidad a medida que, poco a poco, las nuevas generaciones, con teletrabajo y trámites telemáticos, revitalizan las aldeas más envejecidas.

Vilamarín es una de las localidades que lleva tiempo reclamando un servicio de telefonía e internet moderno, una necesidad que se ha vuelto más acuciante, sobre todo tras la etapa de aislamiento de la covid.

En la parroquia de Orbán, Cristina Ucha ha estado pidiendo desde julio que le instalen fibra óptica en su casa, sita en A Penela.  Esta zona ya cuenta con conexión de fibra, pero a algunos hogares, como el de Ucha, se les niega este servicio por no encontrarse inmediatamente cercanas al tendido de Telefónica. “Terían que instalar un novo poste”, explica, una construcción por la que sigue esperando.

Fuera de su horario laboral, Cristina, educadora en una escuela infantil, asiste a cursos de teleformación por la Escola Galega de Administración Pública, por lo que precisa de una conexión eficiente de la que no dispone en su hogar. “O venres teño un exame e vou ter que facelo dende a escola na que traballo”, se queja.

Desde la aldea de Oxén, Bruno Salgado también se aqueja de la obsolescencia de su conexión, un router de ADSL que no llega a los 2 megabits por segundo de velocidad de descarga (cuando la fibra puede alcanzar los 100) por el que pagan más de 60 euros con una línea fija de teléfono.

La compañía telefónica le ofrece una alternativa de un router 4G, que no alcanza la rapidez de la fibra óptica y, además, presenta una desventaja para sus padres, titulares de la línea: “Dile tú a tus padres de 70 años, que usan mucho fijo, que tendrán que deshacerse del número de teléfono de toda la vida y tener solo un móvil”, comenta, añadiendo que se trata del “chantaje de un monopolio”.

La primera teniente de alcalde, Marina Rodríguez, cree que Movistar no ofrece mejor servicio porque no le resulta rentable actualizar las infraestructuras en las zonas menos habitadas. Sin embargo, ciertos lugares del municipio, como Oxén, están siendo repoblados con habitantes con necesidades modernas: “Hai xente nova e con nenos e, hoxe en día, internet con boa velocidade é básico”.

Rodríguez señala que un buen servicio de internet es esencial para revivir el rural: “É un vehículo básico para asentar a poboación e que a xente volva ás vilas”.

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