Accidente del Alvia Ourense-Madrid | Un tren pesado y frágil

Conozco muy bien el paso elevado con el que cruza la carretera que va de Zamora a Palacios del Pan. Desde él he fotografiado a lo largo de varios años la evolución de la construcción de la base de La Hiniesta, desde la que se realizó el montaje de la vía entre Zamora y Pedralba e incluso entre Pedralba y Vilavella. Se trata de un quiebro de curva y contracurva para salvar la vía férrea de la línea de Zamora a Ourense que pasa por allí, en un paisaje que se caracteriza por una gran llanura. Allí, una curva tan pronunciada con una elevación resulta un paso peligroso porque contrasta con una carretera de perfil muy suave, aunque eso cambia a partir de Palacios del Pan, cuando se adentra en las inmediaciones del embalse de Ricobayo. El Alvia 730 es un "pastiche" de un tren eléctrico al que le añadieron dos pesados furgones generadores Pero lo que llama la atención en este accidente es cómo un coche, un vehículo ligero frente a un tren que pesa 385 toneladas a plena carga, sea capaz, no ya de hacer descarrilar al tren, sino de hacer que la cabeza motriz de la composición vuelque, en un punto del trazado que no hay ninguna curva. No es el caso de Angrois, donde el tren circulaba a más velocidad de la autorizada. Es cierto que los trenes como el Alvia, que pueden circular a 250 kilómetros por hora, son muy vulnerables al encuentro con obstáculos en la vía. Por eso las líneas de alta velocidad están valladas y cuentan con sensores de objetos caídos a la vía, cosa que no sucede en este tramo de una línea que todavía sigue conservando traviesas de madera en buena parte de su recorrido. Renfe anunció una doble investigación: la judicial y otra técnica, que debería esclarecer si este comportamiento de la locomotora que volcó por el choque, entra de la lógica o es consecuencia de las características de un tren que había sido diseñado como un tren articulado ligero exclusivamente eléctrico (es un Talgo y esas características forman parte del ADN de sus trenes), pero al que se le acoplaron dos pesados furgones generadores, uno tras cada locomotora o cabeza motriz que se encuentra a cada extremo del tren. Y eso hace que su comportamiento en situaciones extremas como sucede en un accidente tengan que ser miradas con lupa por si ese exceso de peso lo ha convertido en un tren demasiado frágil.