Conducir con exceso de velocidad, sin atención o tras haber consumido alcohol-drogas tiene consecuencias muy graves para el implicado si se ve involucrado en un accidente mortal. Es el caso de Andrés L.A., de 28 años, quien conducía un Mercedes C220 a las 03.45 horas del 9 de agosto de 2018 cuando sufrió una salida de vía por la margen derecha y chocó contra la tajea y acabó volcando en la N-532, que une Verín con la frontera portuguesa. El acompañante que iba de copiloto, José Manuel Y.P., de 41 años, perdió la vida al salir despedido.
Según la fiscal -el asunto será juzgado en el Juzgado Penal 2 en el mes de enero-, Andrés iba al volante bajo la influencia de una intoxicación etílica "que le impedía la conducción en las debidas condiciones de seguridad debido a la merma de facultades".
En la primera prueba de alcohol, realizada a las 03,58 horas, dio 0,87 miligramos por litro de aire espirado. A las 04,16 horas, arrojó el mismo resultado. La acusación pública sostiene que el inculpado, además, circulaba con exceso de velocidad y había consumido previamente cocaína.
La fiscal reclama ahora, en su escrito de calificación provisional, tres años de cárcel para el conductor y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante seis años, lo que supone la pérdida del carné, por un homicidio por imprudencia grave en concurso con un delito contra la seguridad vial.