La magistrada del juzgado se mostró confiada, durante la fase de inspección, en rentabilizar la reorganización interna

El TSXG no reforzará la plantilla de Instrucción 3 a instancias de la jueza

Juzgado de Instrucción 3 y violencia de género. (Foto: XESÚS FARIÑAS)
El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), en una aplicación canónica de la doctrina de Giuseppe Tomasi de Lampedusa, ha maniobrado con el Juzgado de Instrucción 3 de Ourense de tal modo que todo cambie para que todo siga igual que estaba.
Es decir, después de haber ordenado una inspección para evaluar las causas de los más de 2.500 asuntos sin tramitar que parecían mantener este órgano judicial en situación de colapso, el TSXG ha decidido no incorporar más personal que contribuya al desatasco. Ni se quita ni se añade nada a la plantilla del juzgado que no fuese incorporado semanas antes de la inspección. Todo lo que cambia, con el fin de que todo siga igual, tiene que ver con 'la resolución de problemas estructurales de organización interna', informaron fuentes del Tribunal Superior.

En su última reunión, la sala de gobierno del TSXG acordó otorgar un margen de confianza a las previsiones expresadas por la magistrada del Juzgado de Instrucción 3, Rosa García, que durante la fase de inspección habría estimado suficiente con mantener el refuerzo de dos funcionarios incorporados tiempo atrás para remontar el embotellamiento. La jueza, y por defecto el TSXG, que asume el reto de aquélla, descartaron expresamente la opción de incorporar al juzgado un segundo magistrado con su correspondiente secretario, y al que el TSXG habría dado su sí.

Los 2.500 asuntos pendientes que no lo eran del todo
El Juzgado de Instrucción 3 y de violencia de género acumulaba, en vísperas de que el TSXG hubiese resuelto su inspección, aproximadamente 2.500 asuntos pendientes. Fuentes judiciales señalan que, desde entonces, ha bajado mucho el número de los mismos. No tanto porque se hayan disparado los esfuerzos en un sprint sostenido durante varias semanas, como porque existían expedientes resueltos que no se habían dado de baja. Las estadísticas de los asuntos se realizan a través de un sistema informático, y como previamente no se habían dado de baja parte de los expedientes, aquéllas reflejaron casos que constaban como pendientes cuando de facto estaban resueltos.

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