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El turismo, bálsamo para la campaña de rebajas veraniega

photo_camera Los carteles de rebajas tienen cada vez menos efecto entre los consumidores, según explican los comerciantes (MIGUEL ÁNGEL).
El comercio local reclama el fin de la liberalización de ofertas: "No podemos competir contra los grandes"

La campaña veraniega de rebajas despide la última etapa entre carteles de "remate final" y ofertas que alcanzan el 70% o 75% del total. Pero desde la liberalización del periodo de ofertas en el año 2012, el efecto de los descuentos estivales no es el mismo que antes, y el consumidor, según aseguran desde el comercio local, está acostumbrado a ver este tipo de carteles durante todo el año. El "efecto rebajas" pierde cada vez más fuelle entre los ourensanos, aunque la llegada de turistas a la ciudad alivia "un poco" la situación. 

"No podemos competir contra los grandes, siempre salen ganando, ponen ofertas y descuentos todo el año, ya no se diferencia cuándo estamos en rebajas y cuando no", asegura Begoña Conde, de la tienda Eneska de Santo Domingo. "Los que salimos perdiendo en todo esto somos los pequeños comerciantes", añade la empresaria, que reclama más ayudas por parte de las administraciones, así como regresar a los tiempos de rebajas delimitados. Además, la línea divisoria entre temporadas está cada vez difuminada, según explica Conde: "En pleno verano ya había alguna tienda grande que tenía en el escaparate los productos de invierno...". 

El incremento de las ofertas también provoca la continua búsqueda de la "ganga": "Antes los clientes veían una camiseta por 10 euros y se la llevaban, ahora ya se lo piensan mucho más, quieren productos muy baratos". 

En algunos negocios ourensanos sí se notó la llegada de rebajas, como en la tienda de ropa Carmen Rey, en Lamas Carbajal. "En general no me quejo, se nota que la gente está de vacaciones y se pasea más por las calles, entran a mirar, se llevan algo...", explican. 


Incremento de turistas


La llegada de turistas a la ciudad en época veraniega supone un empuje para la economía local. "Esta semana ya no parece que haya tantos, pero la pasada vendí a gente de Venezuela, Argentina, País Vasco, Castilla y León... Se nota mucho, quieras que no", señalan desde Maricastaña, en Santo Domingo. "La verdad es que este verano da la sensación de que vino mucha más gente, se notó mucho movimiento los dos meses", comentan desde otro comercio de la calle. 

Otra cuestión es el tipo de consumo que realizan los turistas, tal y como apuntan desde la tienda Mayna de Lamas Carbajal. "Buscan precios bajos, cosas baratas, ligeras, y claro, si ofreces algo un poco por encima de ese precio ya nada... Aquí entran muchos, pero no apreciamos el impacto en las ventas, la verdad", comentan. En su caso, la época de rebajas tiene más éxito entre los ourensanos: "Tenemos una clientela muy centrada, eso es positivo". 


Verano cambiante


Los efectos del verano cambiante también han tenido efectos en el comercio local. Después de sacar más tarde de lo habitual el stock estival, los continuos vaivenes de la temperatura no han ayudado mucho, sobre todo en cuanto a ropa de baño. "Se vendió bastante bien en la segunda mitad de julio y a principios de este mes, pero después ya nada porque el tiempo empeoró, y ahora se acerca ya el final de agosto y del verano, no creo que mejore", explican desde un comercio de ropa interior. 

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