La historia del mundo de la peluquería en Ourense se asocia inevitablemente a Jorge Cachaldora, quien a su vez presume allá por donde pasa de sus raíces. Tras él, más de 80 años de saga familiar vinculada al sector, que se sigue perpetuando en la actualidad, y a la que se le auguran muchos años por delante
Jorge es un hombre inquieto, con permanentes ganas de aprender, y de enseñar, de ahí sus academias de formación. En el local, cuando no es él mismo el que corta y peina en su local, no pierde detalle, siempre atento a las necesidades de sus clientes, tratándolos con mimo y con una familiaridad que hace que el paso por Cachaldora sea una parte más de sus vidas. Y, aún así, saca tiempo para disfrutar de sus otras pasiones: el rally, los clásicos, el golf y el mus.
Su pasión por la peluquería le viene de familia, pero, confiésenos, ¿siempre quiso ser peluquero?
Desde niño supe que quería dedicarme a esto, por encima de todo. Y si volviese a nacer, volvería a ser peluquero. Aunque mis padres, a pesar de seguir la saga familiar, no querían. Preferían que fuese médico, por ejemplo. Pero yo me empeñé, y con 15 años me fui a Madrid, al Insitituto Parisien. Tras estar unos años allí, regresé y me seguí formando hasta completar los estudios de maestría industrial.
Echando la vista atrás, ¿cómo fueron sus comienzos profesionales?
Comencé a los 23 años dando clases en las Josefinas, un ciclo de FP mientras ayudaba a mis padres en la peluquería. Después de 12 años, pensé que era el momento de iniciar el camino empresarial y monté mi propia peluquería. Son ya 52 años de trayectoria profesional.
Y creo que va por ese camino...
Mi nieto dice que quiere ser peluquero como su abuelo (risas). Con cinco añitos, ya corta el pelo a la gente y para mí sería maravilloso que pudieramos estar los dos trabajando en el salón.
¿Cuál es el secreto para mantenerse, después de tantos años, como un referente en la peluquería ourensana?
La pasión por la profesión es una de las premisas. Por otro lado, la formación constante. Estoy aprendiendo continuamente. Cada día de mi vida estudio peluquería. Aunque esté en casa, relajado, el libro que cojo es uno de peluquería. A día de hoy, estar reciclándose continuamente, adquirir conocimientos nuevos y actuales, estar al día en tendencias… es, como en cualquier profesión, indispensable. Además, soy docente, con lo cual es obligado estar actualizando conocimientos de manera permanente para poder ofrecer a mis alumnos todos lo necesario para salir bien preparados.
Se puede considerar un hombre de éxito.
Siempre digo que el éxito de ayer no me sirve para hoy. De nada sirve que con 15 años haber sido un habilidoso jovencito con las tijeras. El éxito hay que trabajarlo día a día y revalidarlo constantemente.
¿Qué diría que es lo más satisfactorio de su profesión?
Cuando te encuentras con una señora por la calle, te para y te dice que gracias a lo que aprendió contigo tiene hoy su propia peluquería. Es bonito ver como vienen clientas que peinaste para su Comunión y ahora peinas para la boda, que has visto crecer y pasar por tu salón en momentos especiales de sus vidas. De algún modo, formas parte de ellos.
¿Qué hay detrás de Jorge Cachaldora?
Mi hermano Carlos y mi equipo. Gente que lleva desde siempre conmigo y que hacen que yo mismo me entregue al máximo, porque ellos tienen también para si mismo un alto nivel de autoexigencia. Y, por supuesto la familia. En especial mi mujer, que ha sabido aguantar a un “tipo raro” como yo.
Y con tan frenética actividad ¿hay tiempo para el ocio?
No es difícil para alguien hiperactivo como yo (risas). Los jueves, son días de partida de Mus desde hace tres años. Otra parte se la dedico a los Clásicos ya que fui fundador de la Escudería, también estoy en la organización del Rally de Ourense, y, los fines de semana, siempre que puedo, juego al golf. Las aficiones son necesarias. Te hacen estar con gente diferente y entablar nuevas relaciones.
¿Qué es lo que más le gusta de los clásicos?
La añoranza de los coches que han hecho historia con el tiempo. Poder ver ahora delante de tus ojos aquel coche que cuando eras niño te parecía inalcanzable, y ahora lo ves reflejado en el mundo en el que participas. Cada vehículo tiene detrás su propia historia. Mi coche, por ejemplo, era de un médico, tío de mi mujer que lo vendió a terceros y yo lo recompré porque me da
ba pena que estuviese en otras manos.
Su vinculación con el Rally de Ourense le viene de Coleman.
Fuimos muy amigos. Él vivía en el segundo piso de esta casa, en la que nací y en la que tengo la peluquería. Y fue el que me despertó el interés en este mundo. A día de hoy sigo en la organización.
Y, para los fines de semana, el golf.
La verdad es que yo jugaba al tenis (risas). Pero todos mis amigos ya jugaban al golf. Un día, medio en broma, cogí un palo, y al día siguiente me vi jugando al golf con un equipo. Confieso que engancha. Tanto que fui uno de los impulsores del Club de Golf de Montealegre. Me aporta mucha tranquilidad. Juegas sobre un manto verde, como si fuera una alfombra persa. Cuando voy a dar el golpe, me paro y observo a mi alrededor. Disfruto y respiro del entorno. Es una sensación increíble.
En el día día, lo vemos fiel a la moda ourensana y a Ourense.
Me confieso fan de los diseñadores ourensanos y les tengo mucho respeto y admiración. Siempre visto moda de aquí. Y en cuanto a Ourense... soy muy de nuestras fiestas, de nuestras empresas, de La Región... creo en todo lo que Ourense tiene y de lo que es capaz. Por eso todos debemos luchar para ponerlas en valor y que ocupe el lugar que merece.
