La desaparición de eventos con larga tradición en la ciudad de Ourense como el OUFF o el Outono Fotográfico se une a los problemas con otras actividades y a las dudas entre el resto de agentes culturales
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ientras una ola de calor se prepara para asfixiar a Ourense, los nubarrones se han instalado sobre un sector cultural que vive con las orejas tiesas por una concatenación de acontecimientos que ha borrado de un plumazo eventos enraizados en la ciudad y que deja al filo del precipicio a otras actividades, cuyos organizadores están en alerta por si la historia se vuelve a repetir.
La suspensión del Festival Internacional de Cine de Ourense, cuya vigésimo tercera edición se debate entre muchas más dudas que certezas y el "hasta aquí hemos llegado" manifestado por la organziación del Outono Fotográfico tras 35 años han sido los últimos episodios de una historia de desamor entre el Concello de Ourense y sus agentes culturales, que ven como amparados en la burocracia y el nuevo marco legislativo, todo lo que antes era sencillo, ahora se complica.
La pregunta que muchos se hacen ahora es qué pasará con otros eventos con una dilatada trayectoria que temen las consecuencias. En esa lista está, por ejemplo, el Festival Internacional de Teatro de Ourense (FITO), cuyos organizadores necesitan claridad para poder subir a los escenarios en el próximo mes de octubre, pero las soluciones no llegan.
La culpable, como con el OUFF y el Outono Fotográfico, es según el Concello la nueva Ley de Contratos del Sector Público, cuya interpretación restrictiva por parte de los funcionarios municipales hace que cada paso parezca un suplicio, un proceder que ha sido muy cuestionado y criticado desde el sector, que no ha dudado en cargar contra la gestión municipal.
La lista de eventos culturales con respaldo del Concello es amplia: Festival Pórtico del Paraíso (cuya última edición levantó malestar por la organización del concierto inaugural), Festival de Jazz, Miteu, maratones de pintura o fotografía. Por todo ello, urge que el gobierno municipal encuentre una salida.
Sinsabores
Son ya demasiados sinsabores a los que se ha enfrentado la ciudadanía durante los últimos meses. Tras dar vueltas y vueltas con la Banda Municipal de Música, Cultura, amparándose también en la normativa, optó por no renovar el convenio que se venía renovando con la Asociación Ricardo Courtier y sacar a concurso la gestión y esta continúa desierta, lo que supone más de tres años sin conciertos.
Los roces también se han producido con la asociación de libreros, que por primera vez en 25 años no montaron stands en la rúa do Paseo ni en la Feria do Libro Infantil ni en el Día das Letras Galegas acusando al Concello de no concederles la subvención habitual.
Esa ayuda que tampoco llegó este año para el Festival Voces Femeninas, que gracias al apoyo de la Diputación se pudo celebrar como es habitual. Fue, en este caso, la Concejalía de Asuntos Sociales, dirigida por Sofía Godoy, implicada en el Outono Fotográfico, la que esgrimió razones presupuestarias para desvincularse del festival.
Y es que el problema generado por las sucesivas prórrogas del presupuesto, lo que provoca que las subvenciones se tengan que tramitar vía modificación de crédito, con los consiguientes retrasos que ello genera, deja a muchas entidades sin ver un solo euro hasta meses después de las actividades, lo que también pone en riesgo su viabilidad, como han alertado en público en numerosas ocasiones n
