Los centros educativos Curros Enríquez e Inmaculada ofrecen un servicio “modelo” para los niños. La Federación de Asociacións de Nais e Pais públicas de Ourense (FAPA) gestiona sus comedores escolares: “Somos un modelo de referencia”, afirma José Antonio Álvarez, presidente de la FAPA. La calidad es su objetivo y la buscan en materias primas procedentes de proveedores locales: “Panadería Tito, Aceites Abril, Cárnicas Milucho o el Grupo Cuevas nos suministran productos que marcan la diferencia”, explica Álvarez. De esto dio fe Alberto Chicote en su visita a la cocina hace un año, en la grabación de "¿Te lo vas a comer?".
Aunque puedan trabajar como lo haría cualquier restaurante, ofrecen algo que en ellos no se puede encontrar, “la cercanía”: “Nosotros nos relacionamos con las familias y los niños, ellos con nosotros y también mantenemos una proximidad con nuestros proveedores”, especifica Álvarez. Esta relación permite que lleguen a ellos las sugerencias. La última de los niños, la lasaña: “Es un producto que demandan mucho y trataremos de hacérsela llegar con vegetales y legumbres”, explica Álvarez. Otra petición, la empanada, que seguirá el requisito de “masa madre” como en el pan: “En nuestros comedores, nuestros hijos comerán el pan de nuestros abuelos”, es el eslogan que han ideado.
El Catering Antonio Gallego Cid cocina desde el Seminario Menor: “Tenemos todos los factores para poder ofrecer la calidad con una buena situación, un gran grupo de trabajo en el que somos una familia y también, gracias a los distribuidores que tenemos”, cuenta su gerente, José Gallego. Un supervisor se encarga, cada día, de que las comidas estén en un estado óptimo, incluida la temperatura a la que llega a los colegios. “Por la mañanas viene a la cocina para comprobar la calidad que exigimos en nuestros comedores, si algo considera que no está en condiciones, lo retira”, comenta Álvarez.
Los menús los confeccionan basándose en su comensales: “Los hacemos según lo que más les gusta, procurando usar pocas carnes rojas, más de las blancas y tres veces pescado”, explica Álvarez. Las verduras no faltan, presentadas de diversas formas, ya sean cremas o en ensaladas, las legumbres y la fruta, dando pie a las de temporada, son “fundamentales”. Las opciones personalizadas también se contemplan en niños con alergias o intolerancias, incluso por razones culturales: “Al inicio del curso nos pasan los certificados médicos y a partir de ahí se trabaja con los menús para cada uno”, comenta Gallego.
En un futuro, en colaboración con el Centro Médico El Carmen, contarán con el apoyo de nutricionistas y endocrinos para ayudar a los padres con las comidas fuera del comedor. "Completaremos con sugerencias con comidas para la media mañana, las meriendas y las cenas", cuenta Álvarez, que además ofrecerán talleres a los padres sobre alimentación saludable y otros aspectos de la vida de los niños.
Centros “contentos"
Ana Balbina Rodríguez, directora en Inmaculada, se muestra "encantada" por disponer de este modelo en el centro que dirige: "Cada vez los padres se preocupan más por lo que se les ofrece en los comedores y contamos con un servicio de muy buena calidad", afirma. Isabel Domínguez, directora en el Curros Enríquez comparte su opinión y valora los menús: "Son comidas moi equilibradas e ofrecen as posibilidades personalizadas", que destaca que los padres están "contentos" con el servicio.