La Universidad asesoró a 262 alumnos con ansiedad o con dificultades para el estudio

LR- Una buena técnica de estudio y no dejar todo para última hora son las claves para presentarse a los exámenes con la tranquilidad que da llevar la lección aprendida. La Universidad de Vigo ofrece a los alumnos un servicio confidencial y gratuito, en el que una psicóloga les orienta para adquirir estos hábitos y evitar la ansiedad.

El pasado año atendió 262 consultas, la mayoría de estudiantes de los últimos cursos de ingenierías, carreras que requieren una mayor dedicación y constancia.

El aprendizaje de técnicas de estudio o la ansiedad por la cercanía de los exámenes son las consultas más frecuentes de los estudiantes en el gabinete psicopedagóxico de la Universidad de Vigo. Este servicio atendió el año pasado 262 consultas, de las que 157 eran de universitarios, 73 de preuniversitarios, sobre todo en la época de Selectividad, y otros 33 se resolvieron a través del correo electrónico. Los estudiantes de las ingenierías, que son las carreras que requieren una dedicación mayor y más constante, son los que suelen acudir a este servicio, aunque también hay personas de otras facultades. Son casi siempre alumnos de los últimos cursos y es raro que acudan los de primero. La responsable del gabinete, Eva Souto, dice que a algunos les da vergüenza ir, porque creen que son los únicos, pero con el tiempo una vez que ya han adquirido buenos hábitos no quieren abandonar esta supervisión. Eva Souto señala que sería interesante que acudiesen más alumnos de primero para prevenir estas situaciones y adquirir las técnicas de estudio desde el principio.

Estudiar tres semanas antes de los exámenes, en lugar de llevar las cosas al día, y no saber organizar el tiempo suele ser la causa de estas situaciones, aunque también pueden influir problemas personales o de autoestima. Los alumnos se relajan un poco porque creen que tienen mucho tiempo, enseguida vienen las fiestas de las facultades, la Navidad y cuando se dan cuenta están los exámenes. Las convocatorias son en febrero, junio, septiembre y diciembre, y no suele haber controles parciales que les obliguen a mantener una tensión de trabajo. Un mes antes de los exámenes se encuentran que tienen que preparar seis asignaturas, que son las que suele haber por cuatrimestre, y si en ese tiempo surge cualquier cosa, se ponen enfermos o no se concentran, se lo juegan todo. Además, esta contrarreloj hace que vayan más inseguros a los exámenes y no dediquen tiempo a repasar, que es una tarea clave para consolidar lo que se ha aprendido. La adaptación al Espacio Europeo de la Educación Superior prevista para 2010 cambiará las cosas, porque obligará a los alumnos a un trabajo diario y se les hará un mayor seguimiento.

A los alumnos se les hace un perfil, se hacen unos horarios y se les pide que apunten diariamente las horas de estudio para que ellos también se den cuenta del tiempo dedicado.

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