Reportaje

De urbanita a criador de razas autóctonas gallegas

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"Si el campo no da de comer... la ciudad se muere de hambre", dice David González Rojo, que dio un giro radical a su vida hace 12 años

La vida de David González Rojo (Berna, 1975), que durante años había trabajado como "pintor decorador en A Coruña" dio un giro radical cuando decidió regresar a Nogueira de Ramuín, "de donde era mi padre y su familia", explica. Fue hace 12 años. "Mis abuelos tenían aquí, en Armariz, unas fincas que estaban totalmente cubiertas de maleza y yo fui, poco a poco, limpiándolas para criar algunas ovejas de raza autóctona gallega".

Arrancó la explotación con cuatro ovejas y en la actualidad alcanza las 40 cabezas, y de los 2.000 metros cuadrados con los que inició la explotación ha pasado a las 10 hectáreas actuales, a base de recuperar fincas familiares. Una explotación a la que ha puesto el nombre de Finca A Tellada y que, como explica, "al estar en plena Ribeira Sacra, incluso vienen a visitar los turistas".

Si en un principio convalidaba su profesión de pintor y fotógrafo -ha retratado muchos entroidos de la provincia y del resto de Galicia- con la de ganadero, en la actualidad ha aparcado todas las dudas y tiene claro que "me voy a dedicar por completo a esto".

El objetivo más inmediato es "llegar a las 50 cabezas de oveja gallega", lo que entiende que le  dará para vivir  sin grandes problemas. Con su carne elabora hamburguesas, desde las simples de cordero  hasta otras más elaboradas, como las que incluyen calabaza con curry o las que añaden cebolla caramelizada con queso, "que presentaré en unos 15 días en una degustación que estoy todavía perfilando, aunque ya hay gente que se ha interesado por el producto, incluso desde la Costa da Morte", señala.

Su pasión por el campo le viene de lejos. "Aunque me crié con mis tíos en A Coruña, tras la muerte de mi madre cuando tenía cinco años, siempre me gustó el campo". Su tío era carnicero, y David sigue, en cierto modo, sus pasos, apostando por la cría de razas autóctonas; no solo la oveja gallega, sino también el porco celta, "del que tengo una hembra reproductora y tres cerdos más". En base a esta materia prima de primera calidad, elabora sus creaciones que, hasta el momento, están teniendo una buena acogida, como espera que ocurra también con las variedades de cordero, con calabaza y curry, y con cebolla caramelizada y queso

"La alimentación de los animales es totalmente natural, a las ovejas no les doy nada, aprovechan ellas los recursos porque está raza come de todo: silvas, ortigas, helechos, hierba... Y a los cerdos solo les aporto una mezcla de cuatro cereales y luego comen lo que encuentran por el campo", explica Rojo, que también está preparando chorizo y salchichón de cordero, "que en breve también estará para poder probarlo y que nunca se hizo", apunta este urbanita totalmente adaptado a la vida del campo, que reivindica con entusiasmo: "Hay que fomentar el rural. Si el campo no da de comer... la ciudad se muere de hambre".

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