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“El uso de geotermia es ideal para un lugar como Ourense"

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photo_camera José Manuel Pérez Vázquez, en el interior de su negocio, en rúa Seixalbo, 3.
Sondeos Ourense cumple 20 años y es referencia en instalaciones que usan el calor del subsuelo

La geotermia es una potencia todavía desaprovechada pero cuyo uso puede suponer un ahorro de un 80% respecto a una calefacción de gasoil. "Requiere un desembolso inicial, que en una vivienda puede suponer 20.000 euros más que un sistema normal, pero se amortiza la instalación en cinco o seis años". Así lo explica José Manuel Pérez Vázquez, gerente y fundador de Sondeos Ourense, empresa que acaba de cumplir 20 años sabiéndose adaptar a las nuevas realidades del mercado. "Empezamos solo con los pozos de barrena, pero cada vez diversificamos más. Geotermia, micropilotes, anclajes.... ", explica Pérez Vázquez.

La empresa comenzó con la energía geotérmica, calor que se extrae del interior de la tierra, en 2002. "Cada vez se está haciendo más. Hacemos casi de todo, sondeo, pozo vertical y sistema horizontal. Lo bueno es que se ahorra y que no tiene casi mantenimiento, casi el que puede tener una nevera", explica.

Ourense es un lugar ideal: "Aquí hay muchos tipos de temperatura, y es muy buen sistema. Hay zonas como Vigo donde a lo mejor es menos rentable, porque tienen temperatura más estable", añade. "Aquí tenemos los dos picos, máximas y mínimas. Estar a cinco grados y meter 17 a modo natural sale muy rentable. Y con 40 grados, meter fresco a 17 grados, igual", indica el gerente de Sondeos Ourense.

Para grandes instalaciones, hay que realizar un test previo. "Se hace un estudio y después el diseño de los pozos que necesitas", explica este ourensano, que valora un proyecto piloto como el Ecobarrio de A Ponte: "En España no hay, pero en Suecia tienen las calles calefactadas con geotermia1".


Los pozos, de más calidad


Cimentaciones de edificios, obra hidráulica, abastecimiento de núcleos rurales, riegos, sistemas de cloración, captación de aguas termales... La oferta de servicios se ha diversificado. Empezaron con pozos de barrena y captación de aguas subterráneas. "Ahora quizás hay menos cantidad, pero hay un cliente de mayor calidad, que hace un pozo hondo, con cierta calidad. Antes se hacían de 50 metros, en cualquier lugar. No era tan selectivo. La gente saca permisos, tiene otra conciencia", explica Pérez.

El trabajo varía por épocas. "Este año fue bastante escaso, pero en 2017, con la sequía, metíamos una máquina en un pueblo y no la quitábamos. ¡En un pueblo de Castro Caldelas hicimos 15 pozos! Pero no queremos ni 2017 ni 2019 sino un término medio. Aquel año casi no éramos capaces de abordar el trabajo", añade el empresario.

Actualmente, cuentan con cuatro equipos de maquinaria, adaptados para distintos trabajos. "Nunca le hemos dicho a ningún cliente que algo no se podía hacer", afirma.

El precio por metro de pozo asciende a 30 euros. "Antes captabas agua a 50 metros, ahora ya no lo ves. Y no es lo mismo O Ribeiro , donde valen 60 metros, que Rante, donde hay que llegar a 150". ¿El tiempo? "Con caseta incluida, en tres o cuatro días puede estar hecho". ¿Lista de espera? Como mucho, dos semanas.


Cambio climático: “Ya no hay pozos a solo 50 metros"


Con el paso de los años, han cambiado algunos de los procedimientos, aunque apenas han sufrido variaciones. El cambio climático es  uno de los factores que sí ha modificado la forma de captar agua para la realización des pozos de barrena. "Cuando empecé en esto, ningún pozo superaba los 50 metros, pero las aguas se van deprimiendo. Las aguas superficiales se fueron al garete y ahora extraemos agua a ciento y pico metros. Veremos si en unos años siguen ahí, por el agua que cogemos necesite cientos de años para llegar ahí", explica el propietario de Sondeos Ourense.

Algo que no ha cambiado tanto como se puede pensar es el modo de buscar las aguas contenidas en el subsuelo –las conocidas como aguas freáticas o acuíferos–, para bombearlas a la superficie. El sistema moderno se inspira en lo que hacían los zahoríes, que con una simple vara de madera decían ser capaces de detectar flujos magnéticos y corrientes de agua.

"Es un sistema parecido, en eso no se ha mejorado mucho. Tenemos un aparato moderno, pero no hay ningún aparato electrónica que sea capaz de decir el caudal, la profundidad...", relata Pérez Vázquez. 

Tienen un aparato para buscar la energía que genera el agua al circular por las fracturas, un método moderno de lo que hacían los tradicionales zahoríes: "Siempre hay incertidumbre por saber lo que hay, pero siempre encontramos agua. En Ourense nunca se dio el caso de no haber encontrado. El terreno drena muy bien la lluvia, el problema es que cada vez llueve menos". 

En la empresa también han realizado sondeos eléctricos: "Se hacen con aparatos que desprenden unas ondas magnéticas contra el terreno, y va detectando los huecos que hay. Si bajan libremente es que hay hueco, pero tampoco te aseguran máxima veracidad, porque no tiene por qué haber agua en esos huecos". n

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