SUCESO / OURENSE

Un vecino de A Teixeira, a juicio por dar siete puñaladas a otro

El inculpado, que se enfrenta a 14 años de prisión, asegura que actuó para defenderse de otro ataque 

La Audiencia provincial de Ourense ha reservado los días 2o y 21 de mayo para dirimir el sumario en el que figura como procesado Antonio Diéguez Castro, un vecino de Abeleda, en A Teixeira, al que un viticultor del mismo pueblo, Julio González, acusa de intentar asesinarlo el 21 de noviembre de 2010. El ministerio fiscal también comparte calificación jurídica y reclama una pena de 14 años de prisión para Diéguez Castro, en base a las siete puñaladas que asestó a su vecino, dos de ellas especialmente graves ya que pudieron costarle la vida (una en el estómago le dejó una cicatriz de 15 centímetros de longitud).

La mala relación de ambos, aunque no está claro el desencadenante, desembocó en una agresión a navajazos. Hacía un par de años, según consta en los autos, que ya habían discutido, pero sin llegar a las manos. El 21 de noviembre de 2010, sobre las tres de la tarde, la enemistad fue manifiesta. Ambos se toparon en el Camino de Nogueira, en Abeleda, muy cerca de la casa del inculpado, pero las circunstancias de quién comenzó la pelea varían. El propio acusado alega que Julio González inició el ataque con patadas y puñetazos por lo que, temiendo por su vida, se defendió con una navaja que llevaba consigo de 6,2 centímetros de filo. El inculpado argumenta el temor por su contrincante en la mayor corpulencia de éste.

Pero el fiscal no comparte este criterio en base a las siete puñaladas que recibió la víctima -cuatro de frente y tres por la espalda - y la envergadura de las mismas. Por eso sostiene el representante del ministerio público que en la forma en la que sucedieron los hechos hubo ensañamiento.

El abogado del encausado argumenta la legítima defensa y hace valer que fue el propio procesado el que recabó el auxilio médico, dando aviso al 061, reclamando también la presencia de su esposa e hijos para socorrer al maltrecho vecino al tiempo que comunicó lo acontecido a la Guardia Civil. Según asegura el letrado, no sólo colaboró con al asistencia sanitaria "sino que se presentó en el acuartelamiento de la Guardia Civil, responsabilizándose de lo sucedido, y entregando la navaja". La ropa que vestía ese día, una chaqueta verde y una camisa gris, le fueron intervenidas.

La defensa plantea la libre absolución ya que al delito de lesiones que reconoce le aplica las atenuantes de legítima defensa, confesión a las autoridades ante de que el procedimiento penal se dirigiera contra él y reparación del daño (al requerir el auxilio médico disminuyó sus efectos). Asimismo, mantiene que el inculpado empleó un medio apropiado para impedir la continuidad del ataque propiciado por una persona más joven y corpulenta.

Secuelas

Julio González tardó en curarse 75 días: 10 días hospitalizado, 5 impeditivos y 60 no impeditivos. El lesionado, según el fiscal, padece hoy en día secuelas importantes como dolor en un hombro, paresia del nervio circunflejo y trastorno por estrés postraumático. Por ello, reclama 84.110 euros para él y 6.737 para el Sergas.

La defensa, en cuanto a la acción civil en caso de condena, reconoce una indemnización de 4.554 euros por la cicatrices quirúrgicas (una de 15 centímetros, otra de 8 a la altura de las costillas, una de 7 en la zona de la axila y otra de 6 centímetros en la cara interna del antebrazo izquierdo.

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