El cierre de la constructora pontevedresa deja deudas a empresas que le proporcionaban materiales

Vecinos de Cortegada, Melón y Pontedeva pierden sus pisos con la quiebra de Marbar

Los afectados durante la reunión que mantuvieron en A Cañiza.
La quiebra del grupo de construcciones Marbar con domicilio social en Tomiño (Pontevedra) afecta de lleno a industrias de la provincia y a vecinos de Cortegada, Melón, Cenlle, Padrenda y Pontedeva, que adquirieron a la empresa una vivienda. Ayer no se conocía la cifra pero, al menos, tres empresarios ourensanos se desplazaron a A Cañiza para participar en una reunión con el resto de afectados. Mientras, los trabajadores del grupo permanecían encerrados en la empresa, cuyo dueño está desaparecido.
La desaparición el lunes de Manuel Martínez Barros, administrador único del grupo pontevedrés de promociones y construcciones Marbar, y el posterior anuncio de quiebra de la empresa, mantiene en vilo a empresarios ourensanos y a vecinos sobre todo de Cortegada, Melón, Padrenda, Pontedeva e incluso Ribadavia, además de a cientos de familias pontevedresas. A los primeros porque facturaron bloques de hormigón, cemento, vigas de hierro e incluso muebles de cocina, entre otro material para que los trabajadores de la empresa construyeran edificios. A los segundos por haber adquirido una vivienda en A Cañiza o otros lugares de Pontevedra y Ourense y ahora no disponer de ella. ’Afectados en Ourense hay muchos porque era una empresa con un gran volumen de negocio y aparentemente no figuraba tener problemas financieros o de otro tipo’, afirmaba un empresario de Pontedeva, Juan Carlos González.

Los afectados, que para comprar un piso o un chalet habían desenvolsado 30.000 euros, mantuvieron ayer una reunión en A Cañiza, en la que se acordó constituir una plataforma de afectados que será dada a conocer hoy. En la asamblea participaron alrededor de 150 víctimas, pero el sindicalista de la CIG, Serafín Fernández, estima que sólo en A Cañiza hay alrededor de 300. Mientras, los 56 trabajadores de la empresa permanecen encerrados en una nave de esta constructora en Tebra (Tomiño), custodiando la maquinaria que queda en las intalaciones ante el temor de que desaparezca. Uno de los operarios, José Pereira, explicó que se presentaron en el lunes a las 8.00 horas para iniciar su jornada, cuando el hijo del propietario, Marcos Martínez, les dijo ’que la empresa estaba en quiebra, que no se podía pagar a nadie porque todo estaba embargado’. Los trabajadores recibieron cartas de despido y pasarán a cobrar el paro.

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