CRISIS EN VENEZUELA

“Venderíamos todo para ir a España, pero nadie compra"

photo_camera Una multitud se agolpa a las puertas de un supermercado durante una protesta por falta de suministros.

Emigrantes ourensanos en Venezuela alertan de que "la mala situación política la paga el pueblo"

Es de sobra conocido por todos que Venezuela no está pasando por su mejor momento ni social ni económico. El país gobernado por Nicolás Maduro parece estar al borde del colapso y la falta de servicios y abastecimiento en los supermercados y farmacias es ya una realidad con la que los ciudadanos tienen que vivir día a día. Así lo denuncia la Asociación Alma Llanera, una asociación de venezolanos residentes en Ourense.

Pero esta situación extrema la viven en primera persona los ourensanos emigrados o sus hijos. Actualmente, según datos del Censo de Españoles Residentes Ausentes, casi 12.000 ourensanos viven en Venezuela y uno de ellos, Celso Castro, se puso en contacto con este periódico para denunciar su desesperada situación (Celso Castro es un pseudónimo que pidió ponerse por miedo a las represalias).

Este ourensano nacido en Celanova llegó a Caracas en el año 1970 con sus padres, está jubilado y es padre de dos hijas estudiantes. Celso califica la situación que vienen en el país de "excesivamente crítica" tanto en materia de seguridad como a nivel económico y social.

El abastecimiento se hace imposible: "O haces colas enormes de seis o siete horas en las distribuidoras estatales o vas al mercado negro y pagas precios desorbitados por cosas básicas", comenta. Comprar dos kilogramos de azúcar en Venezuela "cuesta 60 bolívares normalmente, pero la que compro yo en el mercado negro cuesta 4.000", recalca Celso con indignación.

Este emigrante manifiesta que esta situación la están sufriendo en numerosos hogares y que sólo "los empleados públicos tienen acceso a pequeños paquetes de productos básicos con raciones para dos semanas, aproximadamente". Y esta misma situación se puede extrapolar a la distribución farmacéutica.

Al mismo problema se enfrenta Pedro Morena, un venezolano con nacionalidad española casado con una ourensana. Pedro se trasladó a la capital venezolana hace unos meses porque su madre está enferma, aunque su familia vive en Ourense. El desabastecimiento farmacéutico es un problema para ellos: "Conseguir la medicación es casi imposible, hay que recorrer mil farmacias o tirar de contactos", se queja. Según Pedro Morena, la situación se podría describir como "una tensa calma", aunque su impresión es que la gente está cabreada porque "la mala situación política del país la paga el pueblo".

Sin salidas

Para Pedro Morena no es difícil salir del país, ya que tiene su billete de vuelta comprado para septiembre. Pero tanto Celso como el resto de su familia, que también tienen la nacionalidad española, les es casi imposible dejar el país, en este momento, por motivos ajenos a su voluntad.

El sueldo medio de un venezolano "no llega a 30 euros", explica Celso, por lo que no pueden financiarse, en su caso, cuatro billetes de avión. La segunda oportunidad que Celso Castro tendría para salir de Venezuela sería vender su patrimonio inmobiliario: "No nos importa venderlo todo y marcharnos a España pero nadie lo quiere comprar". En el supuesto caso de que consiguiese venderlo todo y conseguir el dinero, cuenta que si quisiese cambiarlo a dólares o euros "tendría que pagar el cuádruple de su precio al cambio, así es como evitan la fuga de capitales".

La desesperación se apodera de esta familia. La seguridad en la capital de Venezuela es cada vez menor: "Mi familia y yo fuimos víctimas de robos", se queja Celso.

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