Jhoilsed González, Walter y sus dos hijas, Wendy y Wandaly valoran sobretodo la tranquilidad de una ciudad como Ourense
Los relatos son demoledores en algunos casos y la inseguridad provoca la llegada de familias enteras, como el pasado mes de diciembre. A Jhoilsed González, Walter y sus dos hijas, Wendy y Wandaly, les desvalijaron la casa, con un secuestro en el interior durante cinco horas. "Nos tuvieron retenidos mientras vaciaban la casa, se llevaron todas las cosas, la camioneta...", dice Jhoilsed . ¿ Y denunciaron? "Ni de broma, eso es peor, te pueden matar", añade.
Ahora valoran por encima de todo la tranquilidad. "Podemos caminar a cualquier hora, allá ni siquiera de día". Walter es claro: "Ayer salí a dar un paseo por la noche por el centro, hacía más de 10 años que no paseaba a esas horas. ¡Qué tranquilidad!".
"La situación en Venezuela es un caos. Yo trabajé 25 años en una empresa, pero con todo lo que hay que hacer para conseguir alimento, no merecía la pena seguir. Allá no tiene valor nada, ni siquiera la vida", relata Nancy González, también de la familia. "A mí me atracaron, me pusieron una pistola y les tuve que dar todo y salieron corriendo", añade.
Entre los presentes ayer también estaba otro recién llegado, Benigno Pascual. Hijo de ourensanos, vino a España el pasado mes de octubre y se fue a trabajar a Andalucía. Tras no encontrar suerte, el pasado martes se vino a Ourense, aprovechando que era la tierra de sus padres. "Allá hacía mis cosas pero era complicada, me fui a Algeciras pero no salió nada y ahora lo intentaré acá", relata. Ahora espera que pueda venir su esposa.
