OURENSE

La víctima de un atraco en un Eroski identifica al inculpado

photo_camera Liliner Rafael Gómez, ayer en el juicio del Penal 1 (ARCHIVO)

El acusado asegura que ese día estaba en Barcelona pero la Policía Nacional lo sitúa en O Couto

"Si yo hubiera cometido ese delito, lo hubiera confesado; se lo juro por mis hijos, y le pido que haga justicia como jueza". Estas son las últimas palabras que pronunció el venezolano Liliner Rafael Gómez en la vista oral seguida contra él en el Penal 1 de Ourense por el primero de los atracos al supermercado Eroski de O Couto por el que fue inculpado. Hay una segunda causa que se sigue contra él y dos personas más -incluida una extrabajadora del supermercado- por otro asalto en abril de 2013 a dos empleadas de ese negocio cuando llevaban consigo 20.000 euros de la recaudación.

Mientras que en este último atraco el venezolano entonó el mea culpa durante la tramitación de las diligencias previas, ayer negó el robo violento por el que se sentó en el banquillo, enfrentándose a una petición de condena del ministerio fiscal de cinco años de cárcel, canjeables por su expulsión de España.

Liliner Rafael Gómez asegura que el 10 de diciembre de 2012, cuando sucedió el asalto en la oficina en donde se hallaba la caja fuerte, estaba en Barcelona, ciudad en la que residía, aunque se desplazaba de vez en cuando a Ourense por su amistad por un vecino de la ciudad, José Pereira, al que conoció por internet (Pereira está imputado con él en el atraco de abril).

Pero la empleada a la que, según dice el fiscal y la acusación particular, colocó una arma en la sien para que le entregase el dinero y a la que golpeó posteriormente no dudó en un momento a la hora de reconocerle: "Es él, sin ninguna duda", aseguró cuando asomó la cabeza por la mampara de protección de testigos.

Según aseguró la víctima, el asalto sucedió pasadas las nueve y media de la mañana del 10 de diciembre de hace dos años cuando se dirigió a la oficina para coger unas facturas que le había solicitado una clienta. Explicó en la vista oral que el inculpado entró tras ella y le puso "una mano enorme que casi no me dejaba respirar".



Amenazas de muerte

El atracador, con barba de dos o tres días, llevaba guantes, un otro negro, un pasamontañas tipo braga que bajó para decirle: "Si quieres pasar la Navidad con tu familia, abre la caja fuerte". De esta forma, se apoderó de un estuche con 10.783, 87 euros y la golpeó con el arma en la cabeza, lo que la dejó inconsciente.

Los agentes de la Policía Nacional que llevaron la investigación explicaron cómo llegaron a él: por su complexión física, su forma de caminar y porque las llamadas realizadas en el teléfono que utilizaba -prestado, según dijo por Pereira- y recogidas en el repetidor de O Couto lo sitúan en el barrio en el momento en que se perpetraba el robo con intimidación y uso de instrumento peligroso. Sin olvidar, según recalcó la policía, que no fue el azar el que lo llevó a ese supermercado de la calle Vila Real. Los investigadores aseguran que la exempleada le pasaba información a su marido y a Liliner Rafael sobre los arqueos de caja. "La información prevenía desde dentro, eso lo teníamos claro", aseguró el responsable de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de Ourense.

La defensa reclamó la libre absolución porque, según dijo, los teléfonos no eran de él, y trató de desacreditar el reconocimiento de la víctima en base "a factores psicológicos".

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