Vigo, el principal “lunar” en las conexiones del ferrocarril

Mientras la línea de alta velocidad inaugurada el pasado mes de diciembre ha abierto un horizonte de oportunidades en la conectividad de Ourense con España, algo que se potenciará desde septiembre con la ruta directa hasta Alicante, el principal “lunar” en materia ferroviaria continúa siendo, paradójicamente, con la otra ciudad del sur de Galicia. En una relación estrecha que mantienen desde siempre Vigo y Ourense, es la única urbe de la Comunidad en la que el tren no es el medio de transporte público más competitivo. Con una A-52 que vertebra desde finales del siglo pasado el sur de la Comunidad, no se ha movido hasta la fecha ni una piedra para tener una línea directa de alta velocidad ferroviaria, ya que la variante de Cerdedo continúa atascada en la farragosa burocracia administrativa mientras que desde hace meses Renfe ya ha optado por desviar por Santiago prácticamente todos los trenes que cubren el servicio entre Ourense y Vigo, alcanzando mejores tiempos que el que sigue transcurriendo por la vetusta línea del Miño. Otros males Este golpe al corredor tradicional ha “borrado” prácticamente del mapa a otra localidad de tradición ferroviaria como Ribadavia, en la que ya solo para un tren por sentido cada día con horarios para conectar con Ourense totalmente estrambóticos al no permitir hacer la ida y la vuelta en la misma jornada. Esto mismo sucede también en Carballiño. Mientras, tampoco atraviesa su mejor momento el servicio a la comarca de Valdeorras, lastrado por problemas de mantenimiento de la vía y una flota de trenes antigua, lo que aumenta el riesgo de avería o incidente. Con Lugo, mientras, el plan de mejora del corredor es una de las prioridades del Gobierno central en los últimos meses al contratarse la electrificación del trazado y la modernización. Haber aparcado dos variantes, no obstante, no permitirá una gran mejora de tiempos entre Ourense y Lugo a la finalización de los trabajos. Avant Ourense sí se subió a la modernización ferroviaria en su relación con Santiago y A Coruña, pero las condiciones de los viajes, mucho más caros que en el corredor atlántico pese a ser de características similares, supone un agravio para la provincia. El Gobierno central sigue haciendo oídos sordos a la unánime demanda de una rebaja de tarifas que haga más accesible el servicio.