¡Vigo, que te perdemos!

luces
Sobre el imperio de Carlos I no se ponía el sol en el siglo XVI. A mediados del siglo XX el vasto imperio ourensano incluía Vigo. Lo hemos perdido ya. La lozanía de la colonia contrasta con la decadente metrópoli.

Nosotros, que teníamos imperio


La globalización ha ocasionado importantes pérdidas de soberanía. Lo de Ourense con Vigo es un ejemplo de libro. Hace décadas tomábamos la playa de Samil los domingos armados con fiambreras de tortilla y filetes empanados como las tropas aliadas lo hicieron en la Segunda Guerra Mundial en Normandía, en las playas Omaha o Utah. Situamos allí nuestro talento como cabeza de puente para una conquista segura. Brazos e inteligencia se pusieron al servicio de Citroen en Zona Franca. Ayudamos a que El Corte Inglés hiciese buenas cajas en detrimento de las tiendas ourensanas. Pasamos a depender de la Universidad de Vigo creyendo apartarnos del yugo centralista de Santiago y pasamos a ser un pésimo satélite del rectorado olívico. Compramos pisos en Urzáiz o Policarpo Sanz, también apartamentos en Panxón, Playa América o Baiona cuando la conquista inmobiliaria. Entregamos aquella Caixa Ourense creyendo, ilusos, que Caixavigo sería nuestro brazo financiero. Logramos,eso sí, que como consecuencia de ese dominio naciese allí un sentimiento rayano en la envidia: el ourensano en Vigo es un ser huraño y adusto, pero destaca y se sitúa en puestos clave con frecuencia. Pero eso es el pasado, perdimos soberanía sobre Vigo en desigual batalla, ni tan cruenta como Flandes ni tan humillante como Cuba o Filipinas. Es la derrota por la cesión de activos. Ahora el papanatismo reinante en la ciudad ourensana se jacta de recoger las migajas que caen del autobús que salió de Madrid y va camino de Vigo a ver las luces de Abel Caballero. Es el turismo de la rémora, ese pez que se adhiere a otros para vivir a su costa. Echamos el resto para ver si nos toca la pedrea del visitante camino de la ciudad olívica, al que podemos vender unas gafas de sol para que no le cieguen allí las luminarias. No sé qué van a pintar allí pudiendo quedarse aquí con nuestro termalismo a tiempo parcial anegado por las crecidas del río, con los accesos intransitables porque el Concello ya ni vacía los charcos. Es el caso ourensano como el de la vetusta metrópoli que, gestionada por gandules, pierde hasta su dignidad, ya no digamos ultramar. Nosotros, que creíamos que sobre nuestro imperio tampoco se ponía el sol. 


Algo más que oler la sangre


Lo de Verín está siendo un forúnculo para Sanidade. La mansedumbre que dio cobertura a otras añagazas no da resultado esta vez. La sociedad ha salido respondona y no traga por informes técnicos que aconsejan cierres de paritorios, tampoco por los brebajes que le ponen delante algunos líderes políticos que ponen en su mapa Verín como haciéndonos creer que lo que le interesa es la salud de la parturienta cuando lo que hacen es llegar a la puerta del hospital oliendo la sangre de Feijoo para ver si le pueden hincar una dentellada política. Es lo de siempre: voy, me pongo a las puertas del hospital, me saco la foto, traigo a parir al presi de la Xunta y me voy a tomar un vino de Monterrei. La reacción social está haciendo pensar en que debe haber alternativas a los candados. La fragmentación territorial es tal que tampoco somos capaces de mirar más allá de los marcos de las leiras. Llegará un momento en el que Verín podrá mirar a Chaves más que para las toallas y el bacalhau. En estos días se habló de buscar fórmulas para compartir servicios sanitarios mediante convenios entre las administraciones sanitarias española y portuguesa. Hay, quizá, más soluciones para atajar ese problema, que no es más que ponerle un tapón al grifo de la despoblación. Pero, mientras, el conflicto va camino de enquistarse: los vecinos contra la Xunta, la Xunta templando con su propio PP y, en la platea, comiendo palomitas, la oposición, para ver qué tajada sacan a cuenta del paritorio.


Al menos entender lo que se lee


Y en medio de este carajal sale el informe Pisa, por el que la OCDE mide las competencias de estudiantes en matemáticas en ciencias y comprensión lectora. Se miden capacidades a chavales de quince años y sus resultados ocuparon titulares variopintos estos días. Uy, el día que se haga un informe Pisa sobre el nivel político en Ourense (en otros sitios también, conste). ¿Lo pillan, señores/as e los partidos? Si responden afirmativamente es que al menos se defienden en comprensión lectora.


Hacia la regresión de la especie


Con Vigo perdido, con Verín convertido en un gigantesco anticonceptivo, con unos representantes públicos con gafas de culo de vaso, con un plan de urbanismo que ahora sí puede salir porque se han "encajado" los supuestos pelotazos que había detectado el alcalde Jácome, Ourense tiene ya los argumentos necesarios para dar la bienvenida a nuevos colonos: los "vakamulos", gigantescos jabalíes de más de 150 kilos que ya campan a sus anchas, como vimos el lunes en este periódico. Es la regresión de la especie. De la nuestra, claro.


Al poner la lupa


Ni es el botón nuclear ni es el chico malo 

"Esto no es el botón nuclear", dijo Jácome en el acto de encendido del alumbrado navideño. Y Trump, Putin y Ourense. 05/12/2019. Encendido del alumbrado navideño en Ourense.Foto: Xesús Fariñashasta Kim Jong-un respiraron tranquilos. Hubo un tiempo en el que el alcalde confesó que si en sus manos estuviese, apretaría a cada momento el botón nuclear. Pero todo se volvió tan inocente y tierno como la propia Navidad. El regidor que prometió serlo de una gran ciudad la está convirtiendo en una villa decadente, como él mismo temía. El poder atempera y aquel chico malo del botón nuclear acabará anunciando en Navidad el Ferrero Rocher con Isabel Preysler.


El portafotos


El campus de Ourense ha tenido personas al frente del vicerrectorado que han encajado en el papel de gobernador de la imaginaria  ínsula de Barataria pero también afanosos Ourense. 25/04/18. Entrevista a la furtura vicerrectora Esther de Blas.Foto: Xesús Fariñaspróceres que echaron el resto para que la Universidad y Ourense fueran de la mano. La actual representante de la institución académica es la profesora Ester de Blas. Esta semana hubo un conato de rebelión en el campus. Hartos de depender de Vigo, han hecho un Torra y amagan con la sedición. Al grito de Vigo nos roba (en sentido figurado, claro) se cavan las trincheras cantando canciones bélicas: "Si me quieres escribir ya sabes mi paradero, en el frente de batalla, primera línea de fuego". En el fuego cruzado apareció otro frente: quieren desnaturalizar el master de Aeronáutica aprovechando que la guardia social está cada vez más baja. Traer a esta sección a la vicerrectora obedece a dos causas. Primera, que sea de general conocimiento que su cargo existe y, segunda, envidiar su saber estar ante la adversidad. Cuando pasan cosas en el campus de Ourense que parecen inquietar a la mayoría, siempre contagia escuchar  voces mesuradas (o no escuchar nada) que ponen dulzura a la música que interpreta una orquesta de cámara que a muchos nos parece la del Titanic minutos antes de irse a pique.

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