El pasado curso terminó con noticias poco halagüeñas para la obra pública ourensana, con una capital provincial que se quedó a la cola de las grandes ciudades gallegas en este apartado. Sin embargo, varios concellos vivieron un bum de licitaciones, con Vilariño de Conso a la cabeza, que destinó tres millones de euros a este fin, frente a los 3.139 euros licitados el año anterior.
Este dato se debe a la finalización del geriátrico, un proyecto que comenzó a redactarse hace dos décadas y que el año pasado vio cómo salía a licitación la última etapa de su construcción, por un importe de 2,7 millones de euros. El geriátrico aprovecha el espacio de la antigua residencia de los ingenieros que participaron en la construcción del embalse de As Portas, y el nuevo proyecto añade otros servicios para “optimizar” la infraestructura”.
También destaca el papel de O Carballiño, que licitó obra por 1,5 millones de euros, un 50% más que el millón adjudicado en 2020. Carballeda de Valdeorras adjudicó obra pública por un valor de 1,3 millones, lo que representa un aumento del 464% en relación a los 236.000 euros del año anterior.
Bande también vivió un 2021 una explosión en su contratación inmobiliaria, después de cerrar el año anterior sin ninguna partida asignada a este fin. El año pasado licitaron 1,1 millones de euros, lo que coloca al concello como uno de los más inversores del curso.
El otro concello que superó el millón de euros en licitación, más allá de la capital provincial, fue San Cibrao das Viñas, que contrató obra por 1,2 millones, aunque este dato supone la mitad de lo invertido el año anterior, cuando el importe se ubicó en los 2,4 millones de euros. El concello que más redujo su licitación fue Montederramo, con una caída del 80%.
