TRANSPORTE

Villas y rural ourensano, víctimas de los recortes ferroviarios del Estado

Renfe suprimió las paradas en diez estaciones y mermó notablemente el servicio en Carballiño o Ribadavia

Las deficiencias en materia de comunicaciones ferroviarias no afectan únicamente a las rutas que operan entre la ciudad de Ourense y el resto de urbes gallegas, con notables diferencias de precio en la línea con Santiago y A Coruña si se compara con los usuarios del corredor atlántico, sino que lo sufren especialmente los vecinos que residen en las principales villas y en el rural ourensano, víctimas del "tijeretazo" llevado a cabo hace cuatro años por el Ministerio de Fomento, cuando sentenció a una decena de estaciones y mermó notablemente los servicios de otras como Ribadavia o Carballiño. Además, dejó prácticamente sin operatividad la estación de San Francisco, en la ciudad, donde solo se ofrece una conexión con la villa carballiñesa y el Empalme por las mañanas.

Mientras, Ribadavia, por donde pasa la línea del Miño entre Vigo y Ourense, ve como cada día laborable paran en su estación tres trenes por sentido, mientras que hasta hace un lustro la cifra superaba la decena. Actualmente, solo dos regionales y un tren hotel dan servicio.

En una situación similar ha quedado Carballiño, cuyos vecinos tienen tres oportunidades al día para desplazarse a la estación del Empalme y solo una para llegar a Santiago. La entrada en funcionamiento del corredor de alta velocidad convirtió prácticamente en un desierto el trazado convencional, que también ofrece un tren al día para la gente de O Irixo y Maside.

El desmantelamiento fue menos lesivo, sin embargo, en el trazado entre Vigo y A Coruña, en el que Fomento conservó varias variantes aprovechando el trazado antiguo para dar servicio, con cinco trenes por sentido al día, a poblaciones como la de Arcade (Soutomaior), Catoira, Pontecesures, Cerceda o Uxes (Arteixo), que no superan en ningún caso los 5.000 habitantes.

Perjuicio mayor

Sin embargo, la principal sangría llegó en la línea entre Ourense y Puebla de Sanabria, desapareciendo los trenes regionales en su totalidad y provocando el abandono de diez estaciones (Taboadela, Paderne, Ponteambía, Baños de Molgas, Vilar de Barrio, Alberguería, Laza, Castrelo do Val, Vilariño y A Mezquita) y dejar sin un servicio público a comarcas como la de Allariz, a Limia o Verín, mientras que únicamente se mantiene con actividad en este trazado A Gudiña, donde paran cuatro trenes Alvia por sentido en la ruta entre Galicia y Madrid.

Valdeorras resiste

Aunque también tuvo que soportar recortes, las conexiones de la comarca de Valdeorras, con enorme tradición en el transporte ferroviario, mantienen el tipo, al ser zona de paso para los trenes con destino a León.

Las estaciones de O Barco y A Rúa-Petín ofrecen hasta seis frecuencias por sentido a los vecinos, mientras que en Vilamartín de Valdeorras hay dos.

Entre Ourense y Valdeorras, resisten también la estaciones de Barra de Miño y Os Peares, en las que para un tren regional en cada dirección de la ruta entre León y Vigo. 

La venta presencial de los billetes causó la polémica hace un año

Más allá del recorte en los servicios ferroviarios, la actuación de Renfe y Adif también fue motivo de polémica por las intenciones manifestadas hace alrededor de un año de suprimir la venta física de billetes en cuatro estaciones de la provincia (Ribadavia, Carballiño, O Barco y A Rúa-Petín), para permitir solo la adquisición por internet.

La noticia levantó en pie de guerra a los concellos afectados, que pusieron en marcha movilizaciones para frenar la maniobra, y también a la Diputación, donde se aprobó una moción por unanimidad para instar al Ministerio de Fomento a que diese marcha atrás en su decisión.

Las protestas sociales y el rechazo a la medida obligaron a Adif a recular y a mantener el servicio en las mismas condiciones.

Por otro lado, también han existido problemas con horarios de algunas frecuencias, como por ejemplo en Carballiño, que consiguió gestionar con Adif el adelanto de la primera ruta del día para que los usuarios pudiesen conectar sin problemas con el Alvia a Madrid. 

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