La violencia de género bajó un 28% en Ourense durante el confinamiento

La restricción de la movilidad durante estos dos últimos meses con motivo del estado de alarma ha tenido una destacada incidencia en la estadística criminal. Una tendencia observada a nivel nacional en los núcleos urbanos más poblados, en los que la presencia policial en las calles era frecuente. En la ciudad, en donde se concentra algo más de un tercio de la población de la provincia, los mayores descensos se registraron en los delitos contra el patrimonio, que normalmente acaparan el 70% de todas las denuncias que investiga la Policía Nacional. Así, los robos con fuerza perpetrados en viviendas, anexos o establecimientos comerciales bajaron un 60 por ciento en comparación con los meses de marzo y abril del pasado año. Los hurtos que superan los 400 euros, las sustracciones en vehículos y estafas cayeron un 51 por ciento. En estos dos meses, las sustracciones en obras, debido al parón de la construcción -maquinaria y hasta combustible-, fueron los más numerosos. El último, en la madrugada de este lunes en el barrio de O Pino. Los ladrones se apoderaron de tres destrozadoras que estaban sujetas a la baca de un vehículo estacionado en un garaje comunitario. Por su parte, los delitos contra las personas (incluyen desde los homicidios a las lesiones graves y los malos tratos) han bajado cerca de un 41%. Los que atentan contra la libertad sexual se han recortado considerablemente ya que no hubo violaciones pero sí abusos. La Policía Nacional no baja la guardia ya que es probable que la crisis económica traiga consecuencias en los próximos meses En estos dos últimos meses, hubo menos denuncias por violencia de género, pero, según advierten los colectivos que trabajan con las víctimas, no se traduce necesariamente en menos episodios de violencia. Así, recuerdan, que el Ministerio de Igualdad informó que las llamadas al 016, el número de atención a las mujeres víctimas, habían aumentado un 18% en la segunda quincena de marzo respecto a febrero. En el partido judicial de Ourense, se denunciaron una treintena de casos, un 28% menos que en 2019. Es decir, una denuncia cada dos días cuando el pasado año hubo dos cada día. Pero durante el confinamiento más estricto de estos dos últimos meses hubo una decena de robos violentos en negocios que sí se mantuvieron en funcionamiento: farmacias, estancos y establecimientos que servían comida a domicilio. El último, el lunes 20 de abril. Un encapuchado, armado con una pistola, atracó el estanco Mariñamansa de la avenida de Zamora, consiguiendo más de mil euros en efectivo. También en esa misma calle, un individuo intimidó a la empleada de una farmacia. Ambos casos están pendientes de resolución. Los llamados delitos leves (antiguas faltas), en los que hay hurtos, lesiones que no requieren tratamiento médico, daños al patrimonio o estadas de escasa cuantía, también se desplomaron. Según fuentes policiales, se contabilizaron un 62% menos de atestados. Las restricciones del estado de alarma, además, redundaron en los cacheos policiales para detectar la posesión de drogas, con menos actas (-43%). Lo mismo ocurrió con la posesión de armas y objetos peligrosos, con una reducción del 36%. Pese a que las infracciones penales se han situado en números hasta ahora desconocidos, la Policía Nacional no baja la guardia. El coronavirus no solo ha afectado a la salud sino también a la economía. De cara a los próximos meses, "los delitos contra el patrimonio podrían aumentar", advierte desde la Comisaría al tiempo que pueden aparecen nuevos delincuentes primarios (sin antecedentes) en delitos como los hurtos o robos con fuerza. El perfil tipo de los detenidos en estos meses fue un varón entre los 18 y los 40 años y de nacionalidad española. Incidente en el Paseo por desórdenes públicos La Policía Nacional, en estos dos meses, ha cursado una media diaria de cuatro propuestas de sanción en aplicación de la Ley de Seguridad Ciudadana por desórdenes o desobediencia en relación con el incumplimiento del estado de alarma. Precisamente este martes, una patrulla acudía a la oficina del BBVA de la calle Paseo al mediodía por un incidente provocado por dos hombres que querían acceder y, según fuentes policiales, rompieron el pomo de la puerta. Los agentes denunciaron a uno de ellos, de 42 años, por desobediencia y desórdenes públicos. La llamada al 091 la efectuó la directora de la oficina porque dos personas habían causado daños en el tirador de la puerta de entrada (estaba desencajado) sin respetar la fila de los clientes. La presencia policial causó expectación en la calle, que en esos momentos estaba concurrida.