El número de mujeres jóvenes que acude al Centro de Información Municipal a la Mujer (CIMM) de Ourense como víctimas de violencia de género aumenta progresivamente. Si a finales del año pasado, la directora y psicóloga del servicio, Malena de Jesús, ya advertía del incremento de casos en edades tempranas –18, 19, 20, 21 e incluso, menores–, la tendencia prosigue en la ciudad. En algunos casos, son las madres de las chicas las que se acercan al centro para explicar lo que les está pasando a sus hijas.
"Los chavales ven normales 'las manadas', es común que tengan las claves de las redes sociales de ellas, que controlen su forma de vestir...", asegura De Jesús, que recalca la importancia de la educación en valores para evitar la proliferación de la violencia de género entre las nuevas generaciones. "Una cosa lleva a la otra, cuando los planes de estudios se escogen en función de la orientación política, pasa lo que pasa, que tenemos niños preparados para el mercado laboral, pero no tienen herramientas para tratar bien a sus parejas ni para respetarlas, ni han recibido ningún tipo de educación sexual", explica.
La directora también advierte de la crudeza de la violencia: "Cada vez son más violentos, tanto en lo físico como en lo psicológico". De Jesús critica la "desidia" social respecto al tema: "Parece que solo nos impacta cuando hay niños. Y esa mujer a la que mataron también fue una niña a la que probablemente, de algún modo, ya maltrataban". Además, desde el CIMM recuerdan la importancia de luchar contra esta realidad durante todo el año: "No solo es cuestión del 8 de marzo y del 25 de noviembre".
Carencia de personal
Dos técnicas atienden cada día el CIMM de la ciudad, mientras el número de usuarias no deja de aumentar (317 en lo que va de año).
"Estamos bajo mínimos de personal, llevamos así ya años y no solucionan nuestra situación", explica Malena de Jesús. "Vienen aquí todos los políticos y dicen que hace falta duplicar el número de trabajadoras, que sí, que tal... y seguimos igual. Si no se destina dinero para aumentar el número de profesionales que atiende a las mujeres víctimas de violencia machista, no va a cambiar nada en nuestra sociedad", añade.
La situación del CIMM es "insostenible" para las profesionales, que se encargan de atender a las usuarias diariamente, de la elaboración de la programación del centro y de las actividades. "Ahora estamos en el proceso selectivo de la educadora, y también nos toca hacerlo a nosotras, además de nuestro trabajo normal", asegura la directora. Con la llegada de otra persona, el centro todavía quedaría "cojo" de personal. "Yo me voy de aquí muchas veces una hora y media más tarde de lo que me toca, y me llevo trabajo a casa también, porque de otra forma es imposible", asegura la directora. Más allá de la carga laboral, De Jesús asegura que sin incrementar los medios destinados a violencia de género, el número de víctimas no disminuirá: "Cada año disminuye el número de denuncias, pero no el de asesinatos. Algo pasa para que no denuncien: faltan recursos humanos y ayudas para ellas".
Más de 160 denuncias de violencia de género este 2019 en la provincia
Desde el pasado mes de enero, un total de 161 mujeres presentaron denuncias por violencia de género en la provincia y 78 recibieron medidas de protección, según el balance presentado ayer por la secretaria xeral de Igualdade, Susana López Abella.
Además, medio centenar de mujeres fue beneficiario de ayudas económicas y 38 recibieron atención psicológica, así como 14 menores de edad y 4 personas dependientes. El número de información a mujeres (900 400 273) atendió 57 llamadas realizadas desde la provincia.
Durante la presentación del balance, López Abella destacó que durante este año se puso en marcha una línea de ayudas económicas para menores de 30 años, huérfanos a causa de violencia de género, y otra para mujeres gravemente heridas que necesiten hospitalización.
Estancias de tiempo libre
La secretaria xeral de Igualdade recordó la creación de un programa de estancias de tiempo libre, que les permite contar con un espacio y un tiempo de ocio, fuera de su localidad habitual, para mujeres víctimas de violencia de género, acompañadas de sus hijos menores.
El proyecto se desarrolló durante una semana del mes de junio en una localidad costera española, y participaron, en total 37 mujeres y 53 menores, que estuvieron acompañados de un equipo de profesionales especializados.
