El virus dispara las reformas en Ourense

Durante los meses de verano hasta ahora, la compra de artículos para el hogar y la demanda de reformas integrales en los interiores de las viviendas ourensanas se ha disparado, alcanzando unas cotas nunca vistas en el sector en un lapso de tiempo tan reducido. Este fenómeno, corroborado por las empresas dedicadas a labores de renovación y a venta de productos de decoración, comenzó tras el desconfinamiento y perdura hasta la actualidad. "Nos dedicamos principalmente a la reforma de locales, pero hemos notado que en los últimos tiempos hay un auge en encargos de interiorismo, sobre todo de cocinas y baños, y en segundas viviendas o de casas antiguas en mal estado", expone Conchi Fernández, gerente de Construcciones y Reformas JCarlos, que opina que "estar tanto tiempo encerrados ha abierto los ojos a muchas personas, que se han percatado de las carencias que arrastran las estancias de su hogar". Solicitudes inmediatas Consultadas sobre las cantidades que los clientes manejan para acometer estas reformas, las empresas difieren muy poco de la versión general: Grandes inversiones, inmediatas y enfocadas a ampliar los espacios existentes. "De media estamos entre 80 y 90.000 euros de presupuesto para las viviendas, sobre todo en las de pueblos", comenta Tono Cruz, gerente de TC Reformas. Vidal Salgado, de V&amp;Q Reformas, coincide con Fernández y añade que "desde principios de ano tivemos moito traballo, sobre todo de reformas integrais de baños e cociñas; vai nesa dirección". Manuel Bahamonde, gestor de DCero, señala que han pasado de "no tener ningún proyecto a estar inmersos en ocho", aunque matiza que "el 80% de estos propietarios son gente de fuera", algo que, si bien no es común al resto de empresas, intensifica esta extraordinaria situación y reafirma la predisposición de los clientes a invertir "sin ataduras" en la mejoras hogareñas, independientemente de su procedencia. Descanso e higiene El apogeo de las reformas también ha llegado a otras ramas del negocio, como tiendas de decoración, electrodomésticos y de artículos para el hogar, que informan de un significativo aumento en la demanda de productos higiénicos y de descanso durante estos meses. "Hemos notado un auge en la venta, pero en determinados artículos; los que repercuten directamente a la salud, como almohadas, colchones, edredones...", destaca Eduardo Feijóo, propietario de Novatienda Mobiliario, detallando que "durante el confinamiento cerraron muchas fábricas que hacían este tipo de productos, pero otras invirtieron tiempo en desarrollar nuevas estrategias para ser competitivas". Dicha evolución en los productos se puede ver en los certificados de tratamiento contra el covid que las telas de colchones, sofás y relacionados llevan imprimadas: "La gente viene concienciada, y prefiere gastarse 100 euros más en un colchón y llevarse algo con compendio tecnológico, con certificados de salud antiácaros y similares, que comprar lo estándar", reflexiona, aunque advierte que "en cuanto se abastezca el suministro, esta situación terminará". Manuel Gómez, responsable de la Línea Marrón de Bermello, apunta a que "las ventas en mayo, junio y julio fueron muy bien, y se han dado más presupuestos para, por ejemplo, renovaciones de cocinas completas. Normalmente son pedidos sueltos, como cambiar el frigorífico o la campana". También Óscar Sánchez, gerente de Mandarina Home, se suma al discurso y, además de enfatizar la popularidad de los productos para el descanso, añade que "cuando pasas las 24 horas en casa, acabas percatándote de las carencias que tiene, y buscas corregirlas ante la incertidumbre del futuro". "Se busca trasladar la comodidad de la ciudad al campo" Ante la incertidumbre por el devenir de la crisis sanitaria, los ourensanos prefieren prevenir y preparar sus domicilios para disfrutar de amplios espacios durante otro hipotético confinamiento. Así se refleja en la mayoría de reformas, orientadas a renovar totalmente pisos, pero sobre todo segundas viviendas y propiedades abandonadas en el rural, otorgándoles mayor amplitud; cambiando iluminación y pintura; tirando tabiques y uniendo estancias para compensar la falta de espacio, además de adecentar los exteriores, como terrazas, balcones y jardines. "Las casas en los pueblos tienen muchas estancias y muy pequeñas. Los propietarios no le dan tanta importancia a las habitaciones, pero sí a disponer de un baño con plato de ducha amplio y cocina americana que conecte con el salón", expone Tono Cruz, dueño de TC Reformas, que justifica el aumento de obras de estas características con que "la gente busca trasladar las comodidades que tiene en la ciudad al campo". Estos trabajos tienen un coste elevado, pero la predisposición de los interesados en reformar lo más pronto posible sus viviendas hace que "abran un poco más la mano", invirtiendo de media 90.000 euros en su hogar de ensueño-cifras un poco más bajas en las reformas de pisos, que se sitúan en torno a los 50-60.000 euros-. Bahamonde, de DCero, opina que "la gente, bien para sí mismos o para sus hijos, quiere darle salida ya a un dinero que en el banco no daría tanto rendimiento como puede hacerlo en una vivienda completamente reformada".