Dos visitas a Ourense en 40 años

La relación directa del rey con Ourense fue más bien escasa, aunque su presencia fue sonada en las dos ocasiones en que viajó a la provincia, acompañado de la reina. La primera vez fue en 1976 y la segunda, en 2006.

Tan solo en dos ocasiones visitó el rey la provincia de Ourense. La primera tuvo lugar en 1976 y la segunda en 2006. Las motivaciones fueron bien distintas, aunque en ambas ocasiones lo hizo acompañado de la reina doña Sofía.

La primera se corresponde con la gira que los monarcas, recién asumida la Jefetura del Estado por parte de don Juan Carlos, realizaban por todo el país para darse a conocer a la ciudadanía, escuchando anhelos y sueños, que pasaban por libertad, seguridad y trabajo, básicamente, si bien cada uno ponía el orden de prioridades como quería. La segunda tuvo un objetivo más concreto y marcado carácter económico-social, pues don Juan Carlos y doña Sofía inauguraron la planta de procesado avícola que Coren ponía en marcha en Santa Cruz de Arrabaldo y comieron con un selecto grupo de empresarios gallegos en San Clodio.

En el primer encuentro real con Ourense, el pueblo aclamó a los reyes, según el titular de primera página de La Región del 28 de julio de 1976. Millares de personas les aclamaron tanto en la Alameda como en la Plaza Mayor, donde fueron cumplimentados por las primeras autoridades civiles y militares, como rezaba en las crónicas, pues en aquel tiempo nada se hacía sin la presencia de los uniformes. Era alcalde Miguel Riestra Paris y presidente de la Diputación David Ferrer Garrido; el primero había hecho público un bando exhortando a los ciudadanos a salir a la calle para expresar la bienvenida a los recién estrenados reyes. A fe que no fallaron, pues tanto en la ciudad como en el resto del periplo, que incluyó el polígono de San Cibrao das Viñas y Verín (donde se detuvieron, pese a que tal escala no figuraba en el programa oficial), constituyó un auténtico baño de fervor juancarlista. A los postres, el presidente de la Diputación pronunció un discurso en el que afirmó que "este pueblo lúcido conoce mejor que nadie los problemas que nos aquejan". En la concurrida mesa estaban todas las autoridades, entre las que abundaban los militares y el personal que acompañaba a los reyes. Entre ellos, el general Alfonso Armada Comín, como director general de Seguridad, en tanto que como jefe de la Casa Real venía Nicolás Cotoner y Cotoner, marqués de Mondéjar, también general de Caballería.



ADHESIÓN POPULAR

A lo largo del recorrido de la comitiva regia, millares de personas jalonaban la calzada saludando, aclamando y vitoreando a los reyes. En las pancartas, junto con los testimonios de adhesión había reivindicaciones de ámbito general, en las que no faltaban las que reclamaban trabajo para todos o "Democracia y Rey, bases de la ley". También las había de ámbito mucho más reducido ("Maxestades, Vilariño quere sanidade").

En la jornada vespertina, le tocó el turno a Ribadavia, donde visitó la Cooperativa Vitivinícola del Ribeiro, integrada entonces por 1.600 socios (la capital del Ribeiro estaba poblada por siete mil almas, de las cuales el 10 por ciento estaba dedicado a la fabricación de ataúdes, que generaban el 50% del total estatal), y Carballiño, plaza en la que las informaciones del evento sostienen que cualitativamente hubo el mayor respaldo popular. De hecho, se afirmaba que Ourense había ofrecido la respuesta más rotunda en loor de sus reyes de todas las celebradas hasta entonces en aquella gira gallega. Bien es cierto que en cada lugar salían idénticos titulares, pues en Lugo destacaban que 40.000 agricultores habían aclamado a don Juan Carlos y doña Sofía.

En sus intervenciones públicas, don Juan Carlos dejó patente su simpatía por los ourensanos (también por el resto de los gallegos, pues en esta gira recorrió las cuatro provincias), de los que destacó su laboriosidad, al tiempo que mostró su confianza en el futuro que aguardaba a aquel pueblo sediento de libertad y progreso.

Como recuerdo, los monarcas se llevaron una bandeja de plata que les fue ofrecida por las autoridades locales.

La Familia Real al completo había llegado a Santiago el día 24 de julio, para participar en los actos del Apóstol. El viaje desde Madrid fue realizado en dos aviones. Luego, durante la gira gallega, los reyes viajaban en coche, aunque para ir de Verín a Ribadavia, por ejemplo, utilizaron un helicóptero, que pilotó el propio rey, al que daban escolta otros tres aparatos similares.



EN COREN

Treinta años justos tardarían en volver los Reyes a Ourense; lo harían el sábado 15 de julio de 2006, para presidir la inauguración de la sede central de Coren y el centro de procesado avícola de Santa Cruz de Arrabaldo.

La efeméride la recuerda vívida Emilio Rial, mano derecha de Franqueira, ya que siguió muy de cerca todos los pormenores. "Valoramos a idea de invitar ó rei, e seguimos os trámites e xestións pertinentes, que tardaron case un ano", dice.

Del paso de don Juan Carlos y doña Sofía por Coren destaca que el monarca "quedou admirado e felicitounos de forma sentida, como avala o texto que puxo ó pé da sua firma no libro de honra: A la empresa Coren con nuestro saludo más afectuoso, y sobre todo, un saludo afectuoso a los directivos, trabajadores y cooperativistas y sus familias. Nuestra enhorabuena, y que sepáis que tenéis el apoyo de la Corona. Firmaban Juan Carlos Rey y Sofía Reina.



un día de fiesta

Fue un día de fiesta para Coren, ya que al acto asistieron más de un millar de personas vinculadas a la compañía, que había dispuesto una gran carpa exterior. "Foi un acto extraordinario; un día de moito calor físico, humano e psicolóxico. Moi emotivo", apunta Rial.

Tras una breve presentación en el salón de actos, a cargo de Manuel Gómez Franqueira, tuvo lugar un recorrido por las instalaciones. Entre las zonas visitadas estaba la de expedición de cárnicos, a la que la reina no entró, haciendo honor a su condición de vegetariana. Fue el propio don Juan Carlos quien hizo notar la actitud de su esposa.

Aquella visita tuvo lugar en medio de la alarma generada por la gripe aviar, que creó gran recelo entre la población hacia el consumo de carne de ave. El rey hizo patente su preocupación por tal circunstancia, así como que las normas de seguridad y prevención aplicadas afectaban también a la caza de aves, que había sufrido restricciones.

Después de la estancia en Coren, el rey se desplazó a San Clodio, donde presidió una comida con destacados empresarios gallegos, en presencia de Pérez Touriño y la ministra Espinosa.

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