TRIBUNALES

La viuda del Holandés: "Estoy satisfecha, la sentencia es justa"

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photo_camera Margot Pool, durante la vista por la muerte de su marido.

Margot Pool se mostró agradecida con el juicio -"fue justo"- y reafirma que seguirá viviendo en Santoalla 

Margot Pool, la viuda Martín Verfondern el Holandés, cuyo cuerpo fue quemado tras ser abatido por un disparo de escopeta cuando estaba en su todoterreno Chevrolet Blazer a las 13,15 horas del 19 de enero del 2010, se mostró satisfecha con la sentencia de la Audiencia provincial que condena a Juan Carlos Rodríguez González, de 51 años, a diez años y medio de cárcel como autor del crimen de su marido. "Dentro de lo malo, estoy satisfecha, creo que la sentencia es justa" aseguraba ayer a preguntas de este periódico, mostrando también satisfacción por la forma en que se desarrolló la vista oral, con jurado popular en la Audiencia provincial. "A mi modo de ver, fue un juicio justo, que era lo que pedía y no puedo estar más que agradecida", añadió.

La vista comenzó el pasado día 18 y se prolongó hasta el 22, cuando el jurado dio su veredicto de culpabilidad, aunque no por unanimidad de todos los miembros. El fallo no es firme, dado que puede ser recurrido en los próximos diez días ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior Xustiza de Galicia, pero a Margot Pool no le preocupa este tema: "Creo que ya está todo claro, pero acataré todo los que diga la Justicia española como no podía ser menos".

La Audiencia provincial fijó una indemnización de 50.000 euros, en concepto de responsabilidad, para Margot Pool, que ayer dudaba que vaya a percibir esta cantidad por la muerte de Martín Verfondern. "¿Quién va a pagarlo?", se preguntaba declinando en profundizar en más detalles, si el condenado tiene o no recursos económicos para satisfacer la indemnización de los 50.000 euros, cuyos intereses de demora ya comenzaron a contabilizarse desde este pasado viernes cuando se hizo pública la sentencia.


Única vecina


Margot Pool es en la actualidad la única vecina de Santoalla, una aldea enclavada en plena sierra de Petín, con vista hacia los embalses de Prada y Santa Abadía, que quedó prácticamente abandonada entre la década de los años setenta y ochenta. Sus único vecino era Juan Carlos Rodríguez, pero no podrá volver al pueblo, dado que tiene prohibido acercarse a Margot Pool en un radio de 300 metros durante los próximos once años y cinco meses. "Los accesos no están mal, pero las calles del pueblo siguen como siempre, totalmente abandonada", asegura la mujer.

Una vez condenado el autor de la muerte de Martín Verfondern, al que estuvo buscando sin tregua desde el 19 de enero hasta que apareció su coche y los restos del cadáver, en junio del 2014, no tiene previsto abandonar Santoalla para residir en ningún otro lugar. "Llevo aquí más de 20 años y continuaré. Me siento muy a gusto y contenta. Estoy bien", afirma Pool, recordando que se desplazan voluntarios con regularidad para prestarle todo tipo de ayuda e incluso hacerle compañía. Margot se dedica en la actualidad a la agricultura y ganadería como se hacía antaño. n

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