Las instalaciones fueron construidas con dinero público y abiertas en el 2004
La maleza y el abandono se apoderan del vivero de empresas propiedad de la Cámara de Comercio, situado en el Parque Tecnológico. Esta es una de las consecuencias de la situación por la que atraviesa la entidad empresarial ourensana, sin gobierno desde hace un año —tiene una gestora para servicios mínimos— y la ausencia de un plan de recuperación de su actividad. El vivero, que lleva el nombre de Fernando Fontán —uno de sus presidentes— está cerrado y la maleza toma cada vez más espacio. Unas cadenas y un candado impiden el acceso al interior del edificio y en el exterior las hierbas y las zarzas ocupan cada vez más espacios. Las losetas de pizarra de las escaleras y una de sus explanadas están levantadas por falta de mantenimiento.
Para construir estas instalaciones la Cámara de Comercio contó con fondos públicos de la Unión Europea y se inauguraron en diciembre del 2004. Pese a que a comienzos de su actividad la incubadora de empresas de la Cámara contó con pocas actividades emprendedoras, se fue consolidando y en febrero del año 2012 alcanzaba el cien por cien de ocupación con todos sus nidos —un total de 16— a pleno uso.
Su declive fue patente con los problemas de viabilidad de la Cámara de Comercio. En marzo del 2017 la Diputación materializó una ayuda de 100.000 euros para potenciar las delegaciones camerales de Verín y O Barco y para recuperar el propio vivero. Sin embargo, los problemas de viabilidad de la entidad empresarial hicieron inútil la ayuda y a finales de noviembre del 2017 se produjo la dimisión en bloque del grupo de gobierno cameral.
Desde entonces la entidad está en manos de una gestora que no ha sido capaz de enderezar el rumbo de la Cámara que, además, tiene su sede de la avenida de La Habana embargada y deudas con los trabajadores, tanto los que se han ido como los dos que quedan.
