La vuelta de los centros de día: “Moitos usuarios empeoraron"

La esperada desescalada de los centros de día de mayores y personas con discapacidad arranca este miércoles, tras más de cuatro meses de parón forzoso. La reapertura será gradual para controlar la vuelta y evitar posibles contagios de covid, por lo que las puertas se abren al 50% de las plazas totales durante las dos primeras semanas, para luego ir aumentando el aforo (75% las dos siguientes y a partir de entonces, al 100%). En la provincia, no todos los espacios retoman la actividad hoy, ya que en muchos casos todavía ultiman detalles para asegurar las "máximas" garantías posibles de seguridad. 

La situación sanitaria todavía preocupa entre las gerencias de los centros, pero reconocen la importancia de regresar, tanto por la salud de los usuarios como por la parte económica. La vuelta supone un alivio para las familias, que desde marzo se vieron obligadas a buscar alternativas –la Xunta impulsó el bono cuidados para ayuda domiciliaria o cubrir excedencias laborales–. "Moitos dos usuarios empeoraron, algúns encamaron neste tempo... A xente necesítanos", explica María Ochogavía, directora del centro Gesmedical en Carballiño. "No noso caso, varios maiores puxéronse peor neste tempo e tiveron que ingresar en residencias. As familias intentaron facer todo o que podían, pero a labor dos técnicos non se conseguen na casa, nós estamos formados para iso", señalan desde el centro O Agarimo, en Celanova.

Un “búnker"

A diferencia de las residencias, los centros de día se enfrentan a la ida y vuelta continua de los usuarios, lo que obliga a doblar esfuerzos  para evitar que el virus cruce la puerta, tanto por parte de trabajadores como de los propios familiares. "Eu teño claro que aquí non vai entrar ninguén, nin proveedores, nin acompañantes dos maiores. Non podo responder polo que pase fóra, claro, pero si polo que pase dentro, este centro vai ser un búnker", remarca Chelo Ferreiro, directora del centro Raiola, en la localidad de Verín. El equipo mantuvo hace días una reunión con los familiares de los usuarios para abordar la situación entre ambas partes. "Non podemos ordenar nin controlar nas súas vidas, pero no que a nós respecta, imos cumplir todas as normas e protocolos estipulados pola Xunta", asegura. 

Las actividades habituales de los centros también se verán afectadas, ya que deberán ser de tipo individual, para asegurar la distancia de seguridad entre usuarios –normalmente se hacen en conjunto, acompañados de uno o varios técnicos que guían las propuestas–. "Hemos reorganizado el espacio, ya que ahora hay que mantener  separaciones. Antes teníamos las mesas juntas", apuntan desde el centro Xente Vital, en la ciudad. "Nosotros ya hemos limpiado y preparado todo el centro bajo las indicaciones sanitarias, nos queda alguna cosa que esperamos tener lista cuanto antes, ya que abrimos las puertas el jueves (mañana)", añaden.

En el caso de Gesmedical, con centros en Carballiño y en Leiro, las directoras han tomado la decisión de abrir el próximo lunes solo una de las sedes, y concentrar a los usuarios en el mismo espacio. "Como aínda non se pode abrir ao 100%, decidimos xuntalos a todos en Leiro. Por agora esperamos a 25 persoas, o 50%. Cando poidan ser aforos completos, reabriremos no Carballiño", adelanta Ochogavía. Su compañera Mónica Veloso y ella trabajan estos días en organizar y adecuar los espacios a las exigencias sanitarias tras la crisis del covid.

El material

La Consellería de Política Social impartió cursos de prevención del coronavirus para formar al personal de los centros de día en los nuevos protocolos de seguridad y asegurar así la correcta realización de su trabajo. Desde la administración también anunciaron el envío de Equipos de Protección Individual (EPI) para empleados y usuarios, pero todavía no han llegado a todos los centros. "Prometieron que nos los mandarían estas semanas, pero por ahora seguimos esperando. Solo contamos con algunos que compramos hace tiempo, pero no son suficientes para todos", señalan desde el centro Xente Vital. 

El parón reduce la demanda: "Hai xente que puxo internos na casa"

El retraso en la reapertura de los centros –se anunció la vuelta en junio, luego frustrada– provocó que muchas familias buscasen otras fórmulas de atención para los usuarios. Ahora, las gerencias se enfrentan con cierta preocupación a la caída de la demanda. "Hai xente que puxo internos na casa para atender aos maiores, outros ingresaron nunha residencia... En principio imos ter moi pouca xente", remarcan desde O Agarimo, en Celanova, que preparan ya su reapertura para el mes de agosto. "É normal que perdamos usuarios despois de que se retrasase tanto a volta, as familias tiveron que buscar outras opcións. Non se entende por qué a Xunta apostou pola atención a domicilio", señala Ferreiro, de Raiola. "Una persona que va a una casa a atender a una persona también va a muchos otras viviendas, también implica cierto riesgo para los usuarios", cuentan desde el centro Xente Vital.

Los centros esperan recuperar cierta estabilidad con el paso de las semanas y el aumento de los aforos permitidos.

La prevención: del uso del hidrogel a zonas para calzado

Los centros implementan diversas medidas para preservar la seguridad de los usuarios. Entre ellas, el uso de hidrogel o el control de ropa y calzado proveniente del exterior –tanto de mayores como de trabajadores– para evitar al máximo cualquier tipo de contaminación. Ante cualquier tipo de sintomatología compatible con coronavirus, el centro deberá avisar de forma inmediata al Sergas, así como separar a la persona del grupo hasta que llegue el personal sanitario y atienda al supuesto contagiado. "A formación que recibimos da Xunta axuda a que saibamos como responder", destaca María Ochogavía, directora de Gesmedical en Carballiño. 

Las cifras