REPORTAJE

Vuelta con permiso del “bicho"

Melias (O Pereiro de Aguiar). 22/04/2020. Reportage sobre el confinamiento de menores en una casa del rural ourensano. En la foto los hijos de la familia Méndez Fernández en su casa de Melias.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Clara, Claudia y Mario, de la familia Méndez Fernández, juegan en su casa de Melias (XESÚS FARIÑAS).
Los niños esperan con ansia el  día que puedan salir de nuevo a la calle, aunque "el virus" ronde. Mientras no lo hacen, sobreviven entre con una rutina a base de deberes, diversión y muchas videollamadas con amigos

El 12 de marzo se cerraron los colegios y el 14 de marzo quedaron confinados en casa. Ahora, más de un mes después, los niños ourensanos se encuentran ante la posibilidad de salir de nuevo a la calle a partir del domingo, tras el anuncio del Gobierno. Entre los más pequeños, protagonistas de estos días, hay mucha responsabilidad y evidentes ganas de darse un garbeo, siempre con un ojo puesto en la amenaza del virus. 

Irina Míguez tiene muchos planes. Aunque uno gana sobre todos. "Voy a ir a la playa, porque cuando se estrellavarela_resultadoacabe el coronavirus, será verano", explica. Esta niña de cinco años no lo pasa muy bien cuando está en su casa, por lo que se encuentra con su abuela en Vilariño, Pereiro de Aguiar. "Estoy con ella porque el piso es una cárcel, allí estaba encerrada y no tenía espacio", cuenta. Así disfruta de un patio donde puede jugar al fútbol, algo que le gusta mucho. "Mi abuela tiene patio y piscina, aunque ahora no podemos bañarnos", detalla.

También en Pereiro, Mario, Claudia y Clara Fernández pasan el confinamiento con la suerte de vivir en una finca. "Por la mañana jugamos un poco en la cama elástica con mi hermana", relata Claudia, la mediana de diez años. Como gozan de terreno por el que moverse no esperan con tantas ansias poder salir. "Realmente si tengo que ir con un adulto y no puedo quedar con mis amigos, no cambiaría mucho a lo que hago ahora", opina Mario, el mayor, de 13 años. Los días pasan para ellos con las actividades escolares y videollamadas con los amigos, para no perder el contacto. irinamiguez_resultado

La pequeña al mando

Por las mañanas, Clara, la pequeña de la casa con cuatro años, toma la dirección de la casa y atiende a los animales: "Tenemos que darle de comer a nuestros patos y los metemos en el corral", explica. Clara también es una gran conocedora de las consecuencias de esta pandemia: "No puedo ir al cole porque hay un bicho llamado coronavirus".

Desde Celanova, Paula y María Mociño cuentan cómo se encuentran. "Estoy un poco aburrida, pero lo llevo bien. Hacemos muchas cosas, pero tengo muchas ganas de ver a mis amigos y a mi familia", afirma Paula, la mayor, con ocho años. El confinamiento sirve para desarrollar sus dotes culinarias junto a su madre. "El otro día hicimos galletitas con formas y bizcochos", dice María (4 años). 

Mientras no pueden salir, disfrutan del jardín y agudizan el ingenio, creando una tienda de ropa dentro de casa con las prendas de sus muñecos. Andar en bici con "papá" o en patinete, son algunas de las actividades que quieren recuperar, aunque Paula espera por algo más grande: "Yo quería celebrar mi comunión en mayo y ahora no puedo, ya tenía el vestido con unos zapatos que le combinaban muy bien".

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En la ciudad, Aimar y Roi Iglesias pasan este periodo con sus padres ,"aburridísimos". El videojuego de Fortnite les salva, sin olvidarse de los deberes y las videollamadas de rigor. "Hago también experimentos, el último un volcán que entra en erupción", cuenta Roi. Entre actividad y deporte pasan los días y ahora esperan regresar a la calle con opiniones diferentes. “Me quitaron las ganas de salir cuando dijeron que sólo podríamos ir a la compra, a la farmacia o al banco", se queja Aimar. Por otro lado, Roi bromea con la necesidad de tomar "vitamina D" y quiere salir cuanto antes. Ante la pregunta de qué será lo primero que haga, Aimar le lanza un chascarrillo: "Poner un pie en el suelo".

El momento de las ocho

Manu Martínez espera a que el reloj den las ocho para salir a aplaudir al balcón, esperando su momento manumartinez_resultado"más especial" veinte minutos después, cuando salen los trabajadores del súper que tiene junto a su edificio. El resto del día se dedica a los deberes y a mantenerse en contacto con sus amigos  Fortnite y con videollamadas. "Lo llevo bastante bien, vemos todos juntos pelis y juego mucho con mi perra Coco", explica este joven de diez años.

Con ganas de volver a la calle también se encuentra Estrella Varela, una joven de 12 años. "Se me pasa el tiempo con los deberes, hacer ejercicio y hablar con mis amigos", detalla. Lo que más echa de menos con el confinamiento es el voleibol: “Quiero volver a ver a todos, aunque tenga que mantener la distancia". Ojalá pronto lo cumpla. 

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