Los cuatro carriles de la rúa Xoán XXIII no son tantos para cualquier ourensano que se precie. Hay un legendario "carril fantasma" que baja hacia Progreso: un aparcamiento gratuito para muchos y un caos para la fluidez del tráfico
El carril fantasma de la rúa Xoán XXIII es ya legendario. Los forasteros se despistan, pero los ourensanos de pura cepa ya no lo dudan. En la bajada hacia la rúa do Progreso ya nadie cuenta con el carril de la derecha. Es un hecho prácticamente irrefutable y que ni siquiera niegan los causantes. A media mañana, la cola de coches en doble fila delata un problema importante. "No hay sitios suficiente para que podamos aparcar los repartidores", se excusa uno de los que surte a un comercio.
La excusa del carga y descarga no es suficiente para explicar lo que hace el resto de conductores. En apenas 15 minutos de sigilosa observación, el montante de coches que para unos minutos supera la decena. El problema es que algunos lo ven como un aparcamiento más y optan por dejar el vehículo estacionado durante un tiempo sin siquiera plantearse encender las luces intermitentes a modo de aviso.
Los vecinos están que trinan. Los viandantes, ni fu ni fa, ya que, como dice Jorge Ferreiro, un peatón, "isto foi sempre así, xa non sorprende a ninguén". Pablo González, que sí vive en la calle, ve claro "el problema del carga y descarga", pero añade uno más que también salta a la vista. "En la parada de bus casi siempre aparcan los coches cuando no se debe aparcar", indica.
No falla, en un lapso de media hora no hay momento en el que algún vehículo no estacione en la parada de bus, eso sí, siempre con la delicadeza de arrimarse bienal bordillo de atrás para molestar lo menos posible. El problema surge cuando se acumula más de un coche para hacer los recados de turno. "No es la primera vez que los autobuses parar en mitad del carril porque está ocupada toda la parada", dice González.
La presidenta de la Asociación de Vecinos Centro es tajante: "El carril derecho está inutilizado todo el día. Los sitios de carga y descarga son insuficientes. Hay que hacer más". No le echan la culpa a los repartidos pero sí a otros conductores: "Hay muchos que usan el carril como un auténtico parking". La ley del más listo impera en pleno centro de Ourense.
Los pasos de peatones, bien de "escasa necesidad"
Los peatones dejan que desear. "Hay un problema con el exceso de confianza de los peatones al atravesar por lugares inadecuados", dicen desde Stop Accidentes. Lo certifican los vecinos: "La velocidad es un problema y hay intervalos en los que no circulan coches y los peatones cruzamos por cualquier sitio porque parece que da sensación de seguridad".
