Zamora-Pedralba, listo para su puesta en marcha

Adif espera el OK de Seguridad Ferroviaria para que entre en servicio

Adif  tramita ya la documentación final sobre el tramo de 110 kilómetros entre la estación de Zamora y el cambiador de ancho de Pedralba de la Pradería. Una documentación en la que se informa de todas las pruebas realizadas y sus respectivas evaluaciones, último trámite para conseguir el visto bueno de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF), organismo dependiente del Ministerio de Transportes que tiene a su cargo, entre otras competencias, la autorización para activar las líneas ferroviarias españolas.

Este tramo discurre sobre una plataforma ferroviaria de vía doble, salvo en un pequeño fragmento a la salida de la estación de Zamora, que lo hace con una de vía única y tres carriles por los que pasan los túneles de Bolón y Valorio. A partir de ahí y hasta la base de la Hiniesta, aproximadamente, van en paralelo la vía de ancho ibérico y la de alta velocidad, que luego se separan y la del AVE se desdobla para seguir en vía doble hasta el cambiador de ancho situado en la localidad de Lobeznos, en el término municipal de Pedralba de la Pradería, a muy poca distancia de Puebla de Sanabria.

Las pruebas, que comenzaron en el mes de febrero de 2019 se prolongaron durante 18 meses. Un tiempo que supera las previsiones inicialmente contempladas, si bien los técnicos y directivos del Adif siempre fueron cautos y nunca quisieron fijar un plazo concreto para estas pruebas. 

Lo cierto es que a lo largo de este año y medio hubo numerosas incidencias que demoraron varias fases de estas pruebas. La indisponibilidad durante varios meses del tren Séneca, para hacer las evaluaciones a velocidades superiores a 200 km por hora fue una de ellas.  Ya en los primeros días de enero, tanto el Adif como el ministerio de Transportes se aventuraron a dar un plazo: junio de 2020. Y se habría cumplido, de no haber entrado en escena la pandemia. 


El obstáculo del covid


La declaración del estado de alarma que frenó las pruebas de fiabilidad y retrasó las del ERTMS-2 tanto en el tramo previo de Olmedo a Zamora, como el Zamora-Pedralba fue el último de los obstáculos. Los protocolos de distancia física impedían compartir la cabina de conducción con los técnicos de evaluación. Finalmente, y una vez salvados todos los imponderables, se cumplimentaron todas las pruebas y se abrió a Renfe Operadora la línea para que los maquinistas asignados al servicio de trenes diurnos entre Galicia y Madrid, entre ellos varios con base en Ourense, se familiarizasen con estos 110 kilómetros y sus particularidades, entre ellas el cambiador de ancho y la estación de Otero de Sanabria, que se estrenará como alternativa a la de Puebla en la línea convencional. El tramo permitirá ahorrar 50 minutos de término medio, según las estimaciones, por la mayor velocidad y la ausencia de paradas para hacer cruce con otros trenes.

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