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Anzuelos de arponzillo

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Como ya dije en uno de mis primeros artículos en este periódico, los pescadores somos de tipología muy diversa. Yo pertenezco al grupo de los que, en nuestro tiempo libre, o estamos pescando o estamos realizando cualquier otra actividad relacionada con ella, lo que supone un importante alivio para mi mente en esta desgraciada situación de pandemia que perdura.

En este período de abstinencia obligada debida al confinamiento, y también a que el invierno no es la mejor época para practicar nuestra afición, es cuando más disfruto de otra de mis pasiones, el montaje de moscas artificiales. Aprovecho para reponer las bajas que han sufrido mis cajas durante la temporada, y también para aprender y ensayar nuevos modelos que les veo a mis compañeros, o en Internet. A este mundo del montaje, tan apasionante como la misma pesca y quizás mucho mas extenso que ésta, le dedicaré con más detenimiento algún artículo específico más adelante.

Otra de las actividades que podemos realizar mientras estamos en el dique seco es la revisión, mantenimiento y limpieza de nuestros equipos de pesca: cañas, carretes, líneas, hilos y anzuelos. Precisamente sobre estos últimos me explayaré un poco más. Quiero hablar concretamente de los anzuelos sin arponcillo, rebaba o muerte. Enfocaré el tema desde dos vertientes; la primera está relacionada con la pesca infantil y de principiantes.

La pesca es una actividad en la que manejamos elementos como los anzuelos (simples, dobles o triples) que pueden llegar a ocasionar algún problemilla incómodo si todavía no se es muy diestro en su manejo. Cuando, junto con mi esposa (que también es pescadora) tratamos de inculcar la afición a nuestros tres hijos, lo primero que hicimos fue aplastar el arponcillo de todos los anzuelos que íbamos a utilizar: moscas, cucharillas, peces artificiales y anzuelos simples para emplear masillas, maíz u otros cebos.

Con esta maniobra tan simple conseguimos que no tuvieran la posibilidad de lastimarse. Lastimarse no se lastimaron, pero lo que no conseguimos fue que por lo menos alguno de ellos se aficionara, y eso que tuvieron la experiencia de pescar todo tipo de peces, sobre todo muchas y grandes truchas durante el mejor momento que atravesó el coto sin muerte de O Carballiño. A su madre y a mí nos consuela el que, aunque no se hayan hecho pescadores, sí se han convertido en buenas personas, que es bastante más importante. Lo intentaremos de nuevo con los nietos, a ver si esta vez tenemos más suerte. Volviendo a los anzuelos, la segunda vertiente está más relacionada con los peces. Eliminar el arponcillo de los anzuelos puede estar motivado por cuestión de normativa o simplemente por una decisión personal. Parece que nadie discute que la maniobra de desanzuelar las capturas es más rápida y menos lesiva para el pez con anzuelos sin rebaba, y mejor aún si empleamos un desanzuelador para esta tarea.

Plantearé tres preguntas relacionadas con este tipo de anzuelos: Con los anzuelos simples sin arponcillo, ¿se desenganchan con más facilidad los peces durante el combate? Mi opinión, basada en mi experiencia y la de mis compañeros de pesca, es que en absoluto. Y no me refiero solo a moscas, sino también a anzuelos que se usan con maíz, con masillas o gusanos de la carne (asticot) para pescar carpas u otros ciprínidos de pequeñas dimensiones. Al sustituir los anzuelos triples de cucharillas por anzuelos simples sin muerte, ¿se pierden muchas picadas? Aunque hace tiempo que no uso cucharillas (desde la época en que traté de aficionar a mis hijos), pienso que no es un gran inconveniente. Quizá con los peces de menor tamaño se fallen más picadas, pero no sucede lo mismo con los grandes.

Teniendo en cuenta que (al menos en teoría) las utilizamos en lugares de mayor densidad de peces, no debería preocuparnos mucho porque también obtendremos un mayor número de picadas. En lo que sí es muy favorable el anzuelo sin arponcillo, es en la mayor posibilidad de supervivencia del pez una vez devuelto a su medio, y también evita que un anzuelo triple pueda abrocharle la boca, dificultando su capacidad de resistencia notablemente.

Me gusta aclarar que soy un pescador deportivo que piensa que el rival también debe tener oportunidad de defensa. Y por último, ¿al sustituir los anzuelos triples de nuestros peces artificiales por anzuelos simples sin muerte, disminuimos mucho nuestras posibilidades? Aquí sí que no puedo aportar mucha experiencia porque estoy empezando a hacerlo, pero creo que se perderán oportunidades. Si mi alimento dependiera de mis capturas, me pensaría dos veces el cambio de triples por sencillos, pero afortunadamente no es el caso. Debido a mi edad (64 años) y a la cantidad de peces que he tenido oportunidad de pescar en mi dilatada vida de pescador (desde los 8 años), no me suele importar mucho que los peces me ganen la partida. Hombre, no quiero ir de “sobrado”, porque la mayoría (menos los que todos conocemos, que casualmente siempre pescan…) tenemos días de mucha escasez y penuria, en los que sí que nos afecta la pérdida de capturas. Por cierto, ¿les sucederá a más pescadores ese hecho curioso de que, en esos excepcionales días en que los peces pican como locos, cuando estás peleando uno deseas que termine pronto la pelea para que pique el siguiente? Cuando (muy pocas veces, la verdad) me ha sucedido esto, reflexiono y llego a la conclusión de que lo que más me ponede la pesca, es la picada; conseguir engañar a mi adversario, tal vez por encima de la lucha que luego mantengo con él. Quizá con razón los pescadores de salmón ingleses dicen “ The tug is the drug” ( El tirón es la droga).

He ilustrado estas notas con unas imágenes descriptivas de anzuelos sin rebaba, arandelas que debemos emplear y algún ejemplo de transformación. ¡Ojo con la normativa en los lugares con obligación de devolver las capturas! No están autorizados los peces artificiales ni los vinilos, aunque vayan provistos de anzuelo simple sin arponcillo. El conocimiento de la normativa es responsabilidad de cada pescador y siempre debemos cumplirla, para no convertirnos en simples “sacapeces”.

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