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¿Qué es y cómo abordar la anemia ferropénica?

Hay una gran variedad de alimentos que podemos ingerir para evitar desarrollar una anemia ferropénica.
photo_camera Hay una gran variedad de alimentos que podemos ingerir para evitar desarrollar una anemia ferropénica.

El déficit de hierro en sangre es la carencia nutricional más habitual en los países desarrollados. Es un problema más frecuente en las mujeres jóvenes.

La anemia ferropénica, o déficit de hierro en sangre, es la carencia nutricional más habitual en los países desarrollados. El hierro es un micronutriente que está implicado en múltiples funciones de nuestro organismo y resulta indispensable para la formación de la hemoglobina, que transporta el oxígeno en sangre, pero también está implicado en procesos relacionados con el neurodesarrollo, con el sistema inmunitario, la termorregulación, el sueño… 

La anemia ferropénica es más habitual que la sufran las mujeres, debido a pérdidas grandes de sangre durante la menstruación; pero también puede ocurrir debido a una ingesta insuficiente de hierro en la alimentación. Es frecuente que esto ocurra en los bebés, ya que a partir de los seis meses las reservas de hierro descienden y la lactancia por sí sola ya no cubre sus necesidades, por lo que la alimentación pasa a tener un papel clave en el mantenimiento adecuado de este mineral. Es importante que los niños tengan una alimentación variada y equilibrada para que esta les aporte la cantidad suficiente de hierro y que su absorción sea la correcta. 

También se puede dar debido a un aumento de las necesidades de hierro no compensado mediante la alimentación, por ejemplo, durante el embarazo o en los picos de crecimiento de los niños. 

Otro factor de riesgo es llevar una dieta vegetariana o vegana mal planificada, pero siempre y cuando estén bien equilibradas estas no suponen ningún tipo de riesgo. 

A tener muy en cuenta

Hay factores médicos que también la pueden provocar, como una disminución de la absorción del hierro debido a la falta de una parte del estómago/intestino como consecuencia de ciertas intervenciones.

Hay enfermedades que provocan la disminución de la absorción del hierro en el tubo digestivo que también pueden provocar una anemia ferropénica, como por ejemplo la enfermedad celíaca o la enfermedad inflamatoria intestinal; las úlceras estomacales o en el duodeno; la hernia de hiato o los divertículos. 

Síntomas 

Los más frecuentes serían los siguientes: 

- Cansancio y fatiga.

- Debilidad.

- Piel pálida.

- Manos y pies fríos.

- Dolor de cabeza.

- Mareos.

- Palpitaciones.

- Falta de concentración.

- Uñas quebradizas.

- Caída del pelo.

- Heces oscuras.

La alimentación y la anemia ferropénica

En nuestra dieta es importante aportar dosis suficientes  de hierro, pero también lo es controlar el aporte de calcio, de fitatos, taninos y de vitamina C, ya que esta aumenta la absorción del hierro mientras que el calcio, los fitatos y los taninos la disminuyen. 

También es importante tener en cuenta que existen dos tipos de hierro: el hierro hemo y el hierro no hemo. El hierro hemo lo aportan principalmente las carnes y los pescados, y presenta una muy buena biodisponibilidad, es decir, nuestro cuerpo lo absorbe perfectamente. Sin embargo, el hierro no hemo, presente principalmente en alimentos de origen vegetal, presenta una peor biodisponibilidad, es decir, nuestro cuerpo lo asimila peor y su absorción depende de los alimentos que acompañen a esa fuente de hierro. 

Entre los alimentos que encontramos más ricos en hierro hemo estarían algunos como las almejas, los mejillones, los berberechos, langostinos, la carne roja (ternera principalmente), carnes blancas (pavo, pollo…) y todo tipo de pescados (las sardinas, anchoas, el boquerón o el salmón…). 

Por su parte, los alimentos que son fuente de hierro vegetal son las semillas de sésamo, soja, alubias, pipas de calabaza, quinoa, lentejas, cereales integrales y vegetales de hoja verde.

El remojo que se le aplica a las legumbres favorece la asimilación del hierro no hemo. Asímismo, es muy importante acompañar siempre estos alimentos ricos en hierro vegetal de una fuente de vitamina C como puede ser la fruta o el pimiento rojo, para aumentar la biodisponibilidad de este mineral. De la misma manera, los alimentos ricos en calcio, como los lácteos, habremos de separarlos del consumo de estos alimentos para incentivar la asimilación del hierro, así como también hemos de separar el consumo de bebidas como el vino tinto o el té debido a su contenido en taninos, que disminuyen la absorción del hierro.

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