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El cáncer de pulmón impacta más en la vida de las mujeres

Los no fumadores, el otro colectivo  al que más afecta esta grave dolencia

El cáncer de pulmón impacta en la autonomía, la vida cotidiana y la esfera emocional de los que lo padecen, especialmente cuanto menor es la edad, en las mujeres, las personas no fumadoras, los que tienen menor nivel de estudios y los que residen en capitales de provincia y grandes ciudades.

Son algunas de las conclusiones del estudio “La esfera emocional y social del cáncer de pulmón”, realizado por la Fundación Más que Ideas y la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón (AEACaP) mediante cuestionario "online" a 211 personas con esta enfermedad, presentado este jueves.

El 11,8 % de los encuestados desconocía el tipo de cáncer que le había sido diagnosticado y un 50,3 % no sabía si tenía alguna alteración genética asociada.

Según las estimaciones, el segmento de población con prevalencia a 5 años con cáncer de pulmón en 2018 era de menos de 100.000 personas.

Este tumor afecta a la vida cotidiana de los diagnosticados, como consecuencia de los síntomas y efectos secundarios, sobre todo, cansancio, dolor, cambios de peso y dificultad al respirar.

La mitad de pacientes (48,5 %) afirma no poder hacer actividades básicas como ejercicio físico (38,8 %), tareas del hogar (31,4 %), viajar (25,8 %) y recordar o concentrarse (19,8 %).

Por otro lado, el estudio constata el impacto en la esfera emocional, pues un 23,1 % afirma que la afectación ha sido total: más en los de menor edad -a menor edad mayor es la afectación en el estado de ánimo- y en las mujeres, que presentan, además, mayores tasas de depresión, sentimiento de soledad, sensación de ser juzgadas y preocupación por su imagen.

Igualmente, revela que los que nunca han fumado manifiestan mayores repercusiones emocionales y que aquellas que tienen un menor nivel de estudios tienen mayores índices de miedo relacionado con la enfermedad y mayor preocupación por la familia.

La incertidumbre es la reacción psicológica más común (97,6 %), especialmente al recibir el diagnóstico (52,4 %). También el miedo (94,6 %), relacionado con el dolor y el sufrimiento (57,5 %) y la muerte (50,4 %).

El estigma sigue muy marcado ya que un 34,3 % ha experimentado sentimientos de culpabilidad, un 21,6 % se ha sentido juzgado y un 19,4 % ha sentido vergüenza por tener la enfermedad. Un 16 % la oculta, especialmente los hombres, personas que no han fumado y residentes en ciudades grandes.

En cuanto a la relación de pareja, 3 de cada 4 pacientes manifiestan que la unión se ha visto, de algún modo, afectada positivamente, y más de la mitad (56,4 %) que se ha visto reforzada.

La pareja es el principal punto de apoyo para los hombres que para las mujeres, que acuden con más frecuencia a amistades y familiares.

La principal repercusión negativa está relacionada con la reducción de la vida íntima y sexual. Seis de cada 10 pacientes han tenido dificultades de índole sexual.

El impacto a nivel familiar es menor que en otras áreas si bien es la principal causa de tristeza.

En el campo laboral, la mayoría (88,8 %) no trabajaba en el momento de la encuesta y el 79,9 % de los que sí, reconoce dificultades en su actividad laboral. El 45,9 % afirma que el cáncer ha tenido un impacto negativo o muy negativo a nivel financiero. 

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