Dieta y anticoagulantes

Algunos alimentos afectan la función de los medicamentos anticoagulantes más frecuentes, por lo que es necesario seguir, además de una alimentación saludable, las indicaciones dietéticas en atención a la vitamina K especialmente. Una alimentación adecuada favorece la eficacia del tratamiento anticoagulante. La protrombina, un factor coagulante dependiente de la vitamina K, interviene de forma directa en la coagulación sanguínea. Cuando se produce una herida, la vitamina K presente en muchos alimentos como las hortalizas, ayuda a que la sangre se espese más rápidamente, ejerciendo una acción contraria al fármaco anticoagulante. El tratamiento médico indicado en personas con coagulación elevada y riesgo de trombosis, infartos, derrames y otros problemas de salud, funcionará mejor si se acompaña de una dieta regular de vitamina K, de valores constantes que permitan un índice de velocidad de coagulación (INR) seguro. Si su INR es inestable (muy alto o muy bajo) y la vitamina K de su dieta varía considerablemente de un día para otro, es posible que su médico le indique cambiar el patrón de alimentación para que sea más regular y ayude a estabilizar su INR. Algunas de las indicaciones Dietéticas para mejorar la eficacia de la medicación anticoagulante incluye: 1.- Mantener una dieta saludable. Es importante organizar un plan de alimentación equilibrado, con participación de todos los grupos de alimentos y en cantidades estables para evitar cambios bruscos del hábito alimentario. 2-. Sortear grandes cambios en la vitamina K de la dieta. Si come verduras de hoja verde, no tome muchas un día y ninguna al siguiente. Si normalmente no consume verduras de hoja verde, no coma de repente una gran cantidad de éstas. Planificar cantidades similares de vegetales en la dieta mejora la función del medicamento anticoagulante. En general, las hojas de las verduras, determinadas legumbres y los aceites vegetales contienen grandes cantidades de vitamina K. 3.- Evitar productos alimentarios ricos en vitamina K y que no tenga previsto en su plan habitual de alimentación. Ciertos alimentos como la soja fermentada, el zumo de arándanos y los pomelos alteran el funcionamiento del sintrom. 4.- Emplear aceite de oliva para aliñar y en cantidades similares cada día. 6.- Incluir dos raciones diarias de carnes, pescados o huevos, este grupo de alimentos no interactúa con el medicamento, salvo el hígado y otras vísceras. 7.- Mantener un consumo diario de lácteos de entre 2 y 3 raciones. El contenido de vitamina K es bajo (1-4 g/ración) excepto para la mantequilla y el queso curado. 8.-Consultar a su médico y a su nutricionista en caso de iniciar una dieta para pérdida de peso, tomar suplementos vitamínicos o consumir productos de herboristería. 4 Alimentos que contienen cantidades importantes de vitamina K: hígado de vaca, té verde, grelos, brócoli, coles, espinacas, repollo, espárragos y lechugas de color verde oscuro (la clorofila, una sustancia que confiere a los vegetales su color verde, proporciona vitamina K). 4 Alimentos que contienen poca cantidad de vitamina K: cereales, raíces, bulbos y tubérculos (patata, mandioca, zanahorias…), frutas (sólo pulpa) y zumos de frutas. Envíe sus dudas a: tunutricionista@marisolopez.es