Somos lo que comemos

Dieta macrobiótica

Frutas.
photo_camera Frutas.

La dieta macrobiótica es una alternativa dietética muy popular. Está vinculada a un estilo y filosofía espiritual de vida, basada en el equilibrio y la armonía con la naturaleza y el universo (principios del ying y del yang). Es una dieta caracterizada por un consumo amplio de alimentos frescos, principalmente cereales (entre el 50 y el 60% del aporte calórico total) y vegetales, con un consumo discreto de legumbres. Para los grupos de alimentos como la fruta fresca, los frutos secos, las semillas y el pan se pauta un consumo de pocas veces por semana. En contraposición, además de las carnes y sus derivados, los productos lácteos y los huevos, se prohíbe el consumo de vegetales de la familia de las solanáceas (patata, tomate, pimiento y berenjena), de las frutas tropicales y de los edulcorantes artificiales. Algunas versiones de liberalización de la dieta, incluyen pescado blanco.

La dieta macrobiótica es un patrón de alimentación predominantemente vegetariano, nutricionalmente hablando es bajo en grasas, alto en fibra y en hidratos de carbono complejos. Es una dieta que puede satisfacer las necesidades nutricionales de los adultos con excepción de las vitaminas D, B12 y del calcio, por lo que debe modificarse en la alimentación de niños y de mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.

Los informes que atribuyen a la macrobiótica la recuperación de ciertos cánceres con mal pronóstico han dado fama a esta dieta. Muchos aspectos de las recomendaciones dietéticas de actualidad, como comer alimentos orgánicos, frescos, de temporada y cultivados localmente, son heredados del estilo de vida de la dieta macrobiótica. Los estudios que indican niveles de lípidos y presión arterial más bajos en personas que siguen una dieta macrobiótica que en la población general, sugieren que es una estrategia preventiva eficaz para las enfermedades cardiovasculares. Por otra parte, se ha demostrado que la dieta macrobiótica reduce la grasa corporal total y conlleva cambios favorables en algunos indicadores metabólicos (glucosa) así como en parámetros inmunológicos. Además, se está acumulando evidencia de que muchos de los factores dietéticos de la dieta macrobiótica están alineados con una disminución de la inflamación, lo que puede reducir el riesgo de cáncer y su recurrencia. Ahora bien, con respecto a su uso en pacientes que padecen neoplasias malignas, a día de hoy, la evidencia es limitada y se justifica una mayor investigación.

Algunas características y criterios de la dieta macrobiótica:

  • Siempre que sea posible, los alimentos deben ser orgánicos.
  • Se descartan los alimentos procesados.
  • No se recomienda suplementar con vitaminas y minerales.
  • Las comidas han de prepararse con técnicas culinarias tradicionales (evitando el empleo de microondas o electricidad, por ejemplo).

La composición convencional de la dieta macrobiótica es:

  • 450%-60% granos enteros
  • 425%-30% verduras
  • 45%-10% sopas
  • 45%-10% legumbres y vegetales marinos.

Envíe sus dudas a: [email protected]

Te puede interesar