- Aumenta la cantidad de verduras y hortalizas.
- Incluye hortalizas frescas y frutas congeladas para los postres.
- Que no falten en tus ensaladas ingredientes como alcachofas, brócoli o coles de Bruselas.
- Elige los cortes magros de carnes y pescados.
- Emplea el aceite justo para preparar legumbres y huevos.
- Limita tu consumo a las grasas de calidad: aceites vegetales de oliva, girasol, maíz.
- Incorpora los aceites a la preparación en el último momento para evitar su calentamiento.
- Elige cereales integrales no azucarados.
- Da preferencia a los frutos secos sin sal.
Aficiónate a las preparaciones culinarias sencillas como vapor, a la plancha, cocidos.