El dolor articular: una molestia que afecta al 10 % de la población

cervical-2441707_1280

2016 fue el año dedicado a uno de los síntomas más habituales entre la población que puede llegar a ser muy molesto: el dolor articular. Con esta iniciativa, impulsada por la International Association for the Study of Pain (IASP), se pretendió sensibilizar a gobiernos y a todo tipo de instituciones, tanto públicas como privadas, acerca de la necesidad de apoyar la investigación, el diagnóstico y el tratamiento del dolor a nivel universal y poner en marcha todos los recursos necesarios para ello.

Según los datos que maneja la Sociedad Española del Dolor, en la actualidad un 10% de la población padece algún dolor articular y lo experimentan un 20% de las personas que sufren algún tipo de dolor. Se trata de un dolor que se puede sufrir a cualquier edad, y que está presente tanto en hombres como en mujeres.

Pero, ¿qué provoca el dolor articular? Este puede estar causado por muchos tipos de lesiones o afecciones. A menudo, guarda relación con la artritis, la bursitis y el dolor muscular, pero la lista de posibles causas es mucho mayor y en ella se encuentran: las fracturas, las tendinitis, las infecciones causadas por un virus o la realización de esfuerzos o sobrecargas inusuales, etc.

En un estudio realizado con motivo del Año Global contra el Dolor Articular, la IASP identificó varios aspectos relacionados con el dolor articular. El primero de ellos tiene que ver con los tratamientos, que resultan a menudo inadecuados. Otro de los elementos resaltados en este estudio, en el que han participado un total de 107 Unidades de Dolor de 46 provincias españolas, es que el dolor articular se identifica con una pérdida de funcionalidad y el tratamiento debería ir dirigido no sólo al dolor sino también a la actividad y a la funcionalidad. La rehabilitación y la terapia física son de este modo esenciales. Además, el estudio resalta que el dolor articular de una persona guarda poca relación con lo que aparece en los exámenes radiológicos o escáneres, de manera que el dolor articular se convierte en un desafío especialmente difícil de entender. Incluso cuando el origen del dolor articular es identificable, este podría no explicar totalmente la gravedad del dolor.

Cuando nos enfrentamos a un dolor articular, podemos distinguir tres tipos diferentes de dolor, según el momento en el que este se manifieste. Existe en primer lugar el dolor inicial que se experimenta nada más mover la articulación. Se trata de un dolor que generalmente está provocado por cambios degenerativos de las articulaciones. En segundo lugar, encontramos el dolor en reposo, también llamado dolor nocturno. Es un tipo de dolor que se manifiesta cuando la articulación está en reposo y se trata de un dolor que experimentan la mayor parte de los pacientes. Por último, el tercer tipo de dolor articular se produce cuando se carga el peso sobre la articulación, desapareciendo cuando la junta se encuentra de nuevo en reposo.

Sin embargo, tan importante es identificar un dolor articular como aplicar un tratamiento adecuado que nos permita, en la medida de lo posible, hacerlo desaparecer o reducirlo. En el mercado nos encontramos una gran variedad de soluciones.

Por una parte, encontramos todo tipo de remedios caseros que se concentran tanto en la aplicación de calor, aplicable a través de, por ejemplo, una cataplasma o con una bolsa de agua caliente, como en la aplicación de frío, si la articulación se encuentra inflamada. El cuidado de la alimentación también es un punto de ataque entre estos remedios caseros. Destacan por sus propiedades el consumo de piña, que deberá estar fresca y cruda, el lino gran fuente de ácidos Omega 3, la infusión de ortigas, el zumo de moras, de jengibre o de cúrcuma, así como el vinagre de manzana.

Por otra parte, en la actualidad existen tratamientos clínicos cada vez más innovadores que buscan reducir el dolor articular, como es el caso de la tecnología de Andulación. Se trata de un tratamiento médico que se está poniendo en práctica ya en varios países y que no solo se aplica en casos de dolor articular, sino a cualquier paciente que sufre patologías de naturaleza muscoloesquelética u otras dolencias que derivan del mal funcionamiento de los sistemas sanguíneo, linfático o nervioso. Este novedoso método surge de la combinación de dos principios naturales: las vibraciones mecánicas, conocidas como Whole-body vibration (WBV) en inglés, con el calor por medio de infrarrojos. El objetivo que propone esta técnica, que se aplica en una postura relajada y boca arriba, es el alivio del dolor y la regeneración muscular.

El dolor articular se manifiesta de diferentes maneras y puede deberse a una infinidad de causas. Por eso, lo más aconsejable es que cualquier persona que padezca este tipo de dolor visite a su médico habitual para que este puede aconsejarle el tratamiento que mejor se adecue a su caso, de manera que el dolor pueda verse así reducido. 

Te puede interesar