SOCIEDAD

Dormir poco, un riesgo para los adolescentes

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Los hábitos alimenticios, el consumo de alimentos y los tiempos de pantalla son factores asociados con la calidad del sueño

Un 13,6% de los adolescentes tienen una mala calidad del sueño según el estudio Ozkan y col del instituto de ciencias de la Salud de la Universidad de Egeo, realizado en más de 346 chicos y chicas con edades comprendidas entre 11 y 13 años. 

El estudio transversal que buscaba investigar la calidad del sueño y sus patrones en este grupo de edad, se llevó a cabo a través de un cuestionario formulado a más de 346 estudiantes, que abordaba elementos sobre características de grupo, patrones de sueño, hábitos alimenticios y consumo de alimentos. 

Los resultados arrojaron una duración del sueño adecuada a la recomendación en el 68% de los encuestados, que dormían una media superior a las 8 horas, pero de la misma forma, los resultados dejaron patente un número inquietante de participantes, con horas insuficientes de sueño (14%). A lo largo de la investigación, se encontraron factores asociados con la calidad del sueño como los hábitos alimenticios, el consumo de alimentos y los tiempos de pantalla. Un sueño regular es uno de los elementos básicos de una vida sana tanto para niños como para adultos. Muchos de los procesos somáticos, cognitivos y psicológicos están fuertemente influenciados por un buen sueño ya que éste contribuye a mejorar la salud. 

Numerosos estudios han puesto en evidencia que un sueño insuficiente (inferior a 6 horas) tiene efectos negativos sobre el metabolismo y aumenta el riesgo de mortalidad y patologías como diabetes tipo 2, obesidad, hipertensión y enfermedad cardiovascular. A pesar de que los adolescentes necesitan de 8 a 10 horas de sueño, la National Sleep Foundation, ha informado que tienden a tener patrones de sueño irregulares a lo largo de la semana y solo el 15% de ellos tiene una duración óptima del sueño. El sueño tiene un papel importante en el desarrollo del cerebro y está siendo inadecuado.

La cantidad de sueño en la adolescencia puede afectar los mecanismos que regulan el apetito y metabolismo energético. Los estudios han informado que la corta duración del sueño se asocia con el riesgo de obesidad. La duración adecuada del sueño es fundamental para prevenir la obesidad. El sobrepeso y la obesidad en los adolescentes no solo aumentan el riesgo de enfermedades crónicas y problemas psicosociales como disminución de la autoestima, distorsión o mala imagen corporal y exclusión social, sino también disfunciones como la depresión. Además, la corta duración del sueño puede tener un impacto en la ingesta de alimentos y el apetito. Los cambios en el estilo de vida y los hábitos poco saludables, como seguir una dieta alta en calorías, a menudo, se encuentran relacionados con patrones de sueño alterados. 

Ozkan y col han demostrado en su estudio que existe una relación entre los patrones de sueño, cortos e irregulares y una dieta poco saludable. Las actividades diarias, los factores individuales y los cambios ambientales pueden tener igualmente un impacto en el sueño.

Los resultados de este reciente trabajo apoyan el desarrollo de intervenciones para ayudar a los adolescentes a mejorar la calidad del sueño, recomendando una mayor investigación para aclarar este hallazgo. 

La corta duración del sueño se asocia con el aumento de obesidad en los jóvenes.

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