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Edulcorantes no calóricos en el embarazo

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La sustitución de alimentos y bebidas azucaradas es una buena opción para las madres con diabetes tipo I o gestacional

Muchos embarazos tienen un aumento de peso superior al recomendado, situación que conlleva riesgos para la madre y su hijo. Se calcula que un 47% de los embarazos tiene un incremento de peso mayor al recomendado, aumentando el riesgo de cesárea, de dar a luz niños con alto peso para su edad de gestación y además, de elevar el riesgo de diabetes gestacional, hipertensión arterial y preclampsia, entre otras complicaciones. 

El embarazo no es un período para adelgazar, no es deseable perder peso ni mucho menos realizar dietas hipocalóricas. Como estrategia para lograr un menor aumento de peso, la sustitución de alimentos y bebidas azucaradas por edulcorantes no calóricos podría ser una opción para las madres embarazadas, especialmente para aquellas con diabetes tipo I o gestacional y/o aquellas con indicación médica. Ahora bien, el uso de edulcorantes no calóricos para evitar una ganancia excesiva de peso es un tema controvertido.

Un grupo de investigadores ha hecho una revisión de los estudios recientes que han puesto de manifiesto por un lado, una asociación positiva entre el consumo de edulcorantes no calóricos y un aumento del peso corporal y por otro, el efecto de disminución de peso. 

Algunas intervenciones experimentales mostraron que ciertos edulcorantes no calóricos, no producían en el cerebro un efecto saciante como el obtenido por la ingesta de glucosa. Por el contrario, varios metaanálisis de ensayos clínicos señalan que el uso de edulcorantes no calóricos en reemplazo de los azúcares, conducen a una disminución de peso, particularmente en personas con sobrepeso. 

Esta revisión concluye que durante el embarazo es recomendable evitar el consumo de ciclamato, sacarina y hoja cruda de estevia, así como el de sus infusiones o los extractos de la hoja completa. El uso del resto de los edulcorantes no calóricos aprobados, como sucralosa, aspartamo, acesulfame-K y glicósidos de esteviol, se consideran seguros durante el embarazo, siempre y cuando se consuman con moderación, en atención a los niveles de ingesta diaria admisible (IDA) de cada uno de ellos. 

En cuanto a su presencia en la leche materna, son detectables la sacarina, la sucralosa y el acesulfamo-K en concentración por debajo de sus niveles admisibles de ingesta, por lo que no representarían un riesgo para el lactante. Si bien no existen elementos para recomendar el consumo de edulcorantes no calóricos en madres de niños lactantes, tampoco hay evidencia suficiente como para contraindicarlos formalmente durante la lactancia.

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