Deporte

Ejercicio físico estando enfermo, ¿sí o no?

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Cuando presentamos síntomas de gripe, resfriado o bronquitis, nos pueden surgir dudas de si es mejor descansar o por el contrario podemos mantener nuestra rutina de ejercicio físico

Actualmente, gran parte de la sociedad es consciente de que la práctica regular de ejercicio físico es una excelente forma de mejorar y mantener una buena salud. De hecho, el ejercicio físico ha demostrado ser capaz de reducir el riesgo de patologías crónicas como la diabetes o enfermedades coronarias. Dicho esto, no hay duda de que el ejercicio juega un rol importante en la salud de las personas, sin embargo, en un determinado momento podemos plantearnos la siguiente pregunta:

¿Podemos entrenar estando enfermos?

Cuando presentamos síntomas relacionados con la gripe, un resfriado o una bronquitis, nos pueden surgir dudas de si es mejor descansar o por el contrario podemos mantener nuestra rutina de ejercicio físico. Las recomendaciones van a variar en función de la persona, ya que cada uno respondemos de forma diferente a la enfermedad. Teniendo esto presente, si el individuo enfermo no presenta fiebre o tos recurrente, puede continuar con su rutina de ejercicio durante este periodo de enfermedad. Sin embargo, debemos disminuir a la mitad tanto la intensidad como la duración del entrenamiento. En función de como te sientas el día después del entrenamiento, determinará si puedes ir incrementando la carga para la siguiente sesión. Si tras haber entrenado te notas exhausto, descansa un día extra antes de volver a entrenar. Por otro lado, si no vemos afectados por una gripe o enfermedad respiratoria que nos provoque fiebre alta, dolor muscular y fatiga, esperaremos hasta que desaparezca la fiebre antes de volver a entrenar. Además, cunado retomemos el entrenamiento, deberemos hacerlo de forma progresiva, comenzando una duración e intensidad baja.

Lewis G. Maharam (experto en medicina deportiva), explica que entrenar cuando tenemos fiebre es totalmente perjudicial, ya que si presentamos una temperatura corporal elevada por los efectos de la fiebre, al realizar ejercicio físico provocaremos un incremento mayor de la temperatura corporal, provocando que los síntomas se agraven.      

El ejercicio como prevención

El ejercicio en general puede ayudar a aumentar nuestras defensas contra enfermedades e infecciones. Treinta minutos de ejercicio regular tres o cuatro veces por semana ha mostrado beneficios sobre el sistema inmune gracias al aumento de las células T1, que son una de las principales defensas del cuerpo frente a una infección. 

Ten en cuenta que ...

Muchos expertos usan la regla  “por encima del cuello“ para decidir si los individuos pueden continuar entrenando mientras están enfermos. De acuerdo con esto, si solo experimentamos síntomas relacionados con congestión nasal, estornudos o dolor de oído, probablemente podamos seguir entrenando. Por otro lado, si experimentamos síntomas por debajo del cuello (náuseas, dolor muscular, fiebre, diarrea, tos productiva o congenstión de pecho), quizás será mejor que evitemos el entrenamiento.

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