Energía vital y espiritual

Hace alrededor de 10.000 años surge en el antiguo Egipto un misterioso personaje, envuelto en la leyenda, llamado Hermes Trimegisto, considerado el padre de todo el hermetismo de Occidente y en especial el de Egipto de los faraones. Se le considera el autor del libro mas antiguo de la humanidad, el libro de Thor, y el de la Tabla Esmeralda, que fue guía de todos los alquimistas. Se trata de otra forma de conocimiento, que trasciende al mero conocimiento racional al que estamos acostumbrados, pero del que tenemos, en estado latente, el potencial de volver a reconocer, por medio de las prácticas esotéricas adecuadas. Pues bien, él fue el primero en descubrir y difundir a los faraones y sacerdotes, la existencia de una Energía vital universal, tanto en el Cosmos como en todos los seres vivos. 

Esta energia vital en el hombre sería la que le mantiene vivo, mientras no salga del cuerpo físico, y se mueve entre dos polos de un cuerpo etérico, que nos rodea e interpenetra al que llamaron "ka". En cuanto al espíritu consideraban que había un alma inmaterial como en el cristianismo, a la que llamaban "Ba."

2.000 años después, en la India, en uno de los Vedas, el Ayurveda, que se refiere a un tratado de la antigua medicina hindú, que prevalece aún en nuestros días, vuelven a aparecer los conceptos básicos anteriores . La existencia de un cuerpo energético interno , con dos polos entre los que fluye una Energía vital a la que llamaron "prana".

3.000 años después, en China en la época del emperador amarillo, el primero en escribir un tratado de medicina interna en China, surge de nuevo dentro de la Alquimia Interna China y de la medicina tradicional del país, los conceptos fundamentales, tanto para conocer nuestra constitución verdadera, como para sanar nuestro cuerpo físico, de una Energía vital a la que llamaron "chi"que circula entre dos polos, "yin-yang" de este doble etérico que tenemos, y de cuyo buen funcionamiento es en realidad del que proviene la salud.

De nuevo, ahora en Grecia en la época presocrática, tanto Pitágoras, como Hipócrates el reconocido padre de la medicina, reconocían la existencia de esta Energía vital a la que llamaron "Pneuma".

Posteriormente en el siglo dieciséis de nuestra era, surge un médico suizo, autodenominado "Paracelso", místico cristiano y alquimista, que de nuevo considera la existencia en todas las cosas de un "principio vital" cósmico, como una emanación del Espíritu Santo, por lo que en su laboratorio de alquimia, trata de encontrar una esencia en la materia que, condensada, sirva de gran remedio para la enfermedad o para aumentar esta Energía vital, que es la que se considera fundamental para mejorar el cuerpo físico. Al igual que Hipócrates trató de curar con el similar o sea el mismo agente que producía la enfermedad, esperando que así se reactivara esta energía interna, como verdadero agente sanador. Es el mismo principio de la homeopatía, solo que en el arte curativo de Paracelso, que él llamó "espagiria", el remedio es más difícil de obtener en el laboratorio y tiene que ser por métodos alquímicos, pues aunque él fue el introductor de medicamentos químicos en la farmacia, en contra del galenismo imperante, todo su interés estaba puesto en la transmutación de algún mineral o vegetal alquímicamente, para encontrar una esencia que activase la energía vital del paciente, hasta tal punto que lo sanase completamente. 

Doscientos años después, aproximadamente, aparece Hahnemann fundador de la homeopatía moderna, que también trata de curar con el similar, diluyendo el principio activo repetidamente, hasta alcanzar disoluciones del mismo próximas al número de Avogadro. Pero el problema de fondo sigue siendo el mismo, que es la dificultad para encontrar un similar perfecto al que llamaron "Similimun". Pero sí se comprobó que, en la medida en que el remedio fuese similar a lo que se quería curar,éste provocaba la curación por medio de la estimulación de la Energía vital del individuo.

Por último, aunque hay muchos más personajes y movimientos que decían lo mismo, como los filósofos vitalistas y otros muchos, citaré a Whein Reich, discípulo de Freud que creó un psicoanálisis propio, que entendía el típico carácter de la época victoriana como una "coraza" defensiva ante las contrariedades y emociones o traumas. También descubrió que no bastaban las palabras para reequilibrar el psiquismo del paciente, sino que había que actuar sobre su cuerpo físico con relajación y estiramientos. Se convirtió así en el precursor de la moderna terapia bioenergética, que un alumno suyo, Alexander Lowen, desarrolló posteriormente. Sin embargo su gran aportación es el redescubrimiento de una Energía vital en el ser humano, que era la causa real que operaba en su curación y que denominó el "orgón".

Por si fuera  poco y después de esta larga historia de redescubrimientos, aunque aún no se ha podido cuantificar esta energía vital científicamente, sí se ha podido fotografiar este cuerpo etéreo, y la energía vital de que está formado (fotografía kirlian) en Rusia y en el siglo pasado. 

De acuerdo con la teoría de que es en este cuerpo etéreo o bioplasma, como lo llamaron los rusos, donde comienzan a gestarse las enfermedades, esta fotografía predice con seis meses de antelación, qué enfermedad amenaza con producirse en el cuerpo físico. De esta forma la enfermedad puede evitarse, si se sabe gestionar por los medios psicoenergéticos adecuados, el requilibrio de la energía vital interna de la persona. 

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