Es importante interesarnos y conocer las múltiples alternativas y las versiones saludables de las típicas medias mañanas y meriendas a las que estamos acostumbrados (recordando que no es necesario ni más saludable hacer ingesta entre horas, dependerá de muchos factores…).
Bocadillos
Podemos jugar con diferentes estilos de panes, preferiblemente integrales y del cereal que más nos guste (centeno, maíz, espelta, trigo) y materias primas de calidad para el relleno.
- Opciones más simples y rápidas, como: atún o jamón ibérico con tomate, queso fresco con tomate y orégano, huevo cocido con rúcula y zanahoria, salmón ahumado con aguacate, pimientos del piquillo con caballa, queso con nueces y pasas…
- Opciones más elaboradas, como: tortilla francesa con tomate, crema de cacahuete con plátano y nueces, aguacate con huevo escalfado…
Opciones sin pan
- Crema de cacahuetes con gajos de manzana fresca.
- Hummus (puré de garbanzos) con palitos de hortalizas crudas como: zanahoria, pepino, calabacín, pimiento…
- Brochetas de tomates cherry con taquitos de queso fresco o semicurado y aceitunas…
- Huevo cocido y pepinillos.
Opciones dulces
- Yogur natural o kéfir natural (en un bote de cristal o un vaso con compartimentos) con fruta fresca troceada o deshidratada, frutos secos, semillas...
- Bizcocho de avena, plátano y yogur.
-Batido de fruta fresca o congelada con leche o yogur.
- Plátano en rodajas con chocolate negro fundido (85%) por encima y nueces…
Picoteos rápidos y fáciles
- Frutos secos: 1 puñado, sin sal ni fritos (naturales o tostados).
- Fruta: 1 pieza de fácil manejo (plátano, mandarina, manzana, uvas…).
- Zanahoria: palitos de zanahoria cruda y pelada...
Son muchas las opciones que tenemos, aquí os hemos mostrado algunos ejemplos para que os puedan servir de inspiración pero, como siempre insistimos, es importante que probemos y descubramos qué es lo que nos gusta y mejor encaja en nuestra rutina para facilitarnos el día a día y poder alcanzar el objetivo de tener hábitos de alimentación saludables.
Escúchate: tenemos la capacidad de percibir las señales de hambre y saciedad para poder así decidir qué hacer en cada momento.
Prueba: salir de nuestra zona de confort nos abrirá un mundo nuevo de posibilidades de los cuales podremos disfrutar mucho.