Esta deliciosa fruta es originaria del sur de China y fue un profesor la que la llevó a Australia tras un viaje a dicho país. Se trata de una planta trepadora y existen diferentes variedades. Lo podemos encontrar de color verde, también amarillo y hasta con coloración rojiza (no se cultiva mucho).
A nivel nutricional podemos comentar que tiene un importante contenido en agua.
Es destacable el contenido en vitamina C (mayor que el de la naranja), la cual es buena para la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción de hierro.
También aporta ácido fólico y vitamina E. Destacan minerales como el potasio, hierro y magnesio. Es una fruta que nos ayuda para fortalecer el sistema inmunitario, tiene efectos antioxidantes y favorece el tránsito intestinal gracias a su aporte de fibra.
Debe consumirse en su punto de maduración y es cómodo al poder comerlo sin pelar con la ayuda de una cuchara.
En cocina:
Delicioso tomarlo solo pero también podemos hacer mermelada, añadir a ensaladas, preparar bizcochos, magdalenas, salsas, batidos… un puré de kiwi con una pizca de mostaza.
