Su origen es en Oriente próximo.
Se trata de un alimento de gran valor nutricional:
• Alto contenido en grasas insaturadas (grasas buena, acido oleico, como el Ac. Oliva y el aguacate)
• Gran aporte de hidratos de carbono.
• Muy buena fuente de proteínas vegetales.
• Elevado poder antioxidante.
• Abundante contenido de vitaminas B6 y E, zinc, potasio (para control de tensión arterial) y fósforo.
• Muy ricos en magnesio, hierro (anemia) y calcio.
Tiene efectos beneficiosos a nivel cardiovascular, en la regulación de los niveles de colesterol (baja el LDL “malo”), en el control de los niveles de azúcar, protección ocular, mejora del tránsito intestinal…
En cocina:
Se puede utilizar tanto en recetas dulces y saladas.
Lo ideal es tomarlos naturales pero también podemos tostarlos. Evita los salados.
Se enrancian rápido y por ello es recomendable guardarlos en un recipiente de cristal en lugar fresco y oscuro.
Alguna idea para disfrutarlo: en la famosa “Salsa Pesto”, para poner de topping en cremas o purés de vegetales, salteados con arroz, quinoa y vegetales… En recetas dulces como: helados, pasteles, bizcochos...