El capítulo de salud y belleza se ve cada día ampliado con los innovadores productos que lanzan al mercado las empresas especializadas. El catálogo se agranda sí, pero en esta era de la imagen en la que vivimos, en la que tanta relevancia tiene la percepción de la belleza exterior y tanto nos afanamos en lucir bien por fuera, también hay mucho oportunista.
En este sentido, Internet se ha convertido en el paradigma. Muchas empresas comercializan sus productos solo a través de la Red, en páginas en las que se venden sus bondades con poca posibilidad de contrastar la información. Las autoridades especializadas suelen no tener constancia de ellos y, por tanto, no pueden posicionarse.
Un ejemplo bastante ilustrativo lo ofrecen las pastillas para adelgazar. La mayoría de las personas que se ponen a dieta se cansan enseguida del sacrificio que supone renunciar a comidas que le gustan pero que están contraindicadas, y a hacer ejercicio físico diario si no están acostumbradas o no les gusta. Rápidamente se cae en la tentación de ayudar al organismo en esa quema de grasas con un complemento. Pero no son pocos los casos de productos vendidos por Internet que resultan ser una estafa.
Maneras de evitar el fraude
Muchas personas cuentan con el sentido común necesario para discernir entre cuándo sí y cuándo no invertir en algún producto relacionado con la salud y la belleza. Pero lamentablemente no son pocas las que, afectadas psicológicamente por la percepción que tienen de su propia imagen, no piensan con la mente fría y son vulnerables a los “buitres” de la Red.
La ventaja de Internet como lugar en el que se comparte información es que, probablemente, haya ya una persona que ha probado el producto y ha opinado sobre él. Basta con teclear el nombre del mismo junto a la palabra “Opiniones” para hacerse una idea de lo que otros usuarios dicen al respecto. Si tiene demasiados comentarios en contra, es mejor buscar otro que pueda ser más apropiado.
Está claro que las opiniones también pueden ser interesadas, y es muy difícil saber cuándo es así si solo sabemos el nombre o el nickname de quien la ha vertido. Más revelador incluso que las opiniones es el posicionamiento de organismos como las asociaciones de consumidores. Algunas realizan seguimientos y emiten informes que son de mucha utilidad, como es el caso de FACUA o de OCU.
Los blogs especializados también pueden ayudar. Algunos publican artículos con base científica, por lo que ponen en duda, aludiendo a estudios ya realizados, que el producto en cuestión desencadene en el organismo lo que dice que desencadena. En algunos casos no es que sea un timo, es que su consumo está incluso contraindicado. Es necesario recordar que la información es poder.
Productos recomendados
Cada cual tiene sus fuentes útiles a la hora de probar nuevos productos relacionados con la salud, un revista o un sitio web en el que confían porque sienten que las recomendaciones que realizan les funcionan bien.
1. El gimnasio en casa
En nuestro caso, si eres de esas personas que prefieren hacer ejercicio en la comodidad e intimidad de su hogar, te recomendamos Total Crunch. Se trata de un aparato de gimnasia en casa indicado para trabajar los músculos, para notificarlos. Es un aparato propio de gimnasio que ayuda, en concreto, a trabajar piernas, glúteos, abdominales, pectorales o trípces. Total Cruch, además, tiene un precio bajo que te permitirá amortizarlo rápidamente, y el pedido se acompaña con un plan de dieta que ayudará a perder lo que sobra.
2. Crema antimanchas
La crema antimanchas siempre es un producto en el disparadero porque lo que se le pide no es fácil y porque se quieren ver resultados inmediatos sin gastar mucho dinero. La crema Bella Aurora, por ejemplo, cosecha buenas opiniones entre usuarios y tiene el plus de una amplia trayectoria a sus espaldas, ya que nuestras abuelas ya la usaban. La Bella Aurora, además, no es una marca cara en relación a su calidad y, además de por Internet, la comercializan grandes almacenes que intentan incluir calidad en sus catálogos. Todo es probar.
3. Lentes
Los ojos son un órgano delicado y merecen toda nuestra atención. A las anomalías habituales que pueden aparecer de forma independiente a la edad, como la hipermetropía, la miopía, el astigmastismo, la estrabismo o la ambliopía (denominada “ojo vago”) se puede sumar, con la edad, la presbicia o vista cansada.
La presbicia es una defecto refractivo que aparece, por lo general, a partir de los 45 años. Hace que quien la padece tenga problemas para enfocar de cerca, algo que con el tiempo va empeorando. Tiene diferentes tratamientos, como la cirugía o el uso de lentillas, pero lo más habitual es adquirir unos cristales progresivos. Una vez se adquieren, las gafas progresivas acompañan siempre a la persona, que las usa cuando tiene que hacer alguna actividad que implique visión de cerca, como leer o ver la pantalla del móvil.
4. Accesorios útiles
Según los gustos del usuario o su estilo de vida, se pueden adquirir productos que, de un modo u otro, ayuden a la hora de emprender hábitos saludables. En la era en la que nos encontramos, la mayoría de opciones pasan por el teléfono inteligente, pero un producto más moderno aún es el reloj inteligente.
El reloj inteligente parece ser algo aún reservado a mentalidades geek, pero nada más lejos. Se trata de un simple dispositivo que se incorpora en la muñeca y da acceso a multitud de aplicaciones, desde realizar y recibir llamadas, email o SMS hasta acceder a Internet. Un deportista valorará especialmente que tenga incorporadas funciones de entrenador personal, monitorizando datos como el ritmo cardíaco o el número de pasos que se dan en una caminata.
Dentro de los accesorios smartwatch hay toda una gama de subproductos como las correas Apple Watch, en el caso de que esa sea la marca elegida. Las correas Apple Watch representan un catálogo amplísimo, desde las originales a las clásicas de hebilla pasando por las deportivas o las nylon trenzado. Las opciones combinan la funcionalidad con la utilidad, y puedes encontrar algunas siguiendo el enlace anterior.
