Vida OurenSana

Objetivo, ser más activos

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Son incontables los beneficios tanto fisiológicos (mejora la forma y resistencia, regula la presión arterial, incrementa o mantiene la densidad ósea evitando la aparición de osteoporosis, ayuda a mantener el peso corporal, mejora la resistencia a la insulina, ayuda a mantener el tono muscular, mejora la flexibilidad y movilidad de las articulaciones) como psicológicos (mejora la autoestima, el estado anímico, el descanso, reduce el estrés…).

Para introducir la actividad física en nuestra vida después de un periodo de inactividad debemos plantearnos objetivos realistas que nos ayuden a mejorar de manera progresiva y, siempre que sea posible y/o necesario, según nuestro estado físico y de salud, deberíamos acudir a un profesional que nos ayude en la planificación y asesoramiento.

Algunas ideas para comenzar o retomar la actividad podrían ser: salir a caminar, nadar o montar en bicicleta durante media hora, bailar en casa, participar en actividades grupales (senderismo, pilates, padel, yoga…) y poco a poco ir aumentando la intensidad y duración según las sensaciones que vayamos teniendo. 

En caso de que seas una persona más sendentaria y plantearte una de las rutinas anteriores no te motive o no te sientas preparada/o, puedes comenzar con pequeños cambios que supondrán importantes beneficios: subir las escaleras en vez de coger el ascensor, ir caminando siempre que puedas en vez de utilizar el coche, hacer una rutina de estiramientos antes de acostarte y/o al levantarte, después de las comidas actívate un rato (recoge la mesa, cocina, da un paseo…) en vez de sentarte o tumbarte…

Es importante adaptar los objetivos a la situación y punto de partida particular y los pasos que vayas dando, por pequeños que puedan parecer, siempre van a ser mejor que no haber comenzado… ya estás en el camino y eso es lo más importante. ¡Actívate y disfruta de todo lo positivo que te va a hacer sentir!

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