La enfermedad por coronavirus causada por el síndrome respiratorio agudo severo SARS-CoV-2, se originó en China y se extendió rápidamente por todo el mundo, provocando una pandemia. Los síntomas más severos de la covid incluye fiebre, tos y dificultad para respirar. Otros síntomas pueden ser disminución del gusto y del olfato, escalofríos, dolor de garganta, dolor muscular, dolor de cabeza, diarrea y debilidad general, entre otros.
Un estudio reciente liderado por el investigador Goyal (The Wright Center for Graduate Medical Education) ha buscado conocer en qué medida se presenta el síntoma de alteración del gusto en personas afectadas por el coronavirus SARS-CoV-2.
Tras la identificación de los artículos relevantes y de un análisis agrupado, los resultados arrojados de estudios en 819 pacientes diagnosticados, indicaron una prevalencia de ageusia/disgeusia de 49,8% de los casos.
Debido a que la información sobre las alteraciones gustativas y olfativas son mayormente subjetivas y requiere una evaluación activa de los pacientes con covid-19, los estudios han tenido muchas dificultades. Una de ellas es la limitación de datos comparativos de ageusia en pacientes positivos y negativos de SARS-CoV-2. En este sentido, se obtuvieron escasos registros. Benezit y sus colaboradores encontraron una proporción significativamente mayor de pacientes que informaron aegusia/disgeusia (62% frente a 11%) en el grupo con covid-19 positivo. Asimismo, hubo pocos trabajos que reflejaran una asociación de ageusia/disgeusia con covid-19 en estado grave. La prevalencia encontrada en la alteración del gusto fue menor en los casos más graves de covid-19. (Mao y col.)
Los autores de esta revisión, manifestaron que los estudios observacionales pueden dar lugar además, a varios sesgos (de selección, información, recuerdo, confusión) que añaden dificultad en la recolección de datos. Por ejemplo, ningún estudio informó la asociación del síndrome de dificultad respiratoria aguda, la mortalidad, el ingreso a la unidad de cuidados intensivos, la necesidad de un ventilador y la duración de la estancia en la unidad de cuidados intensivos con ageusia/disgeusia, arrojando datos muy diferentes en el análisis de incidencia. Probablemente también haya influido que los registros se obtuvieran de forma retrospectiva a partir de archivos médicos, con posible subestimación de las alteraciones gustativas.
Por último es posible que la presencia de estos síntomas no se reporten, quedando solapados en presencia de síntomas graves (disnea, fiebre y tos productiva).
A día de hoy, la evidencia de si los cambios en el gusto o el olfato podrían pronosticar la gravedad y la mortalidad relacionadas con covid-19, sigue siendo débil. Se requieren más estudios epidemiológicos para evaluar la prevalencia de ageusia disgeusia en pacientes con covid-19. El reconocimiento de estas características clínicas distintivas puede ser muy ventajoso al generar sospechas de covid-19, y por tanto llevar a realizar pruebas y diagnósticos tempranos de la enfermedad.
Ref: Hemant Goyal e col. 2020. The Wright Center for Graduate Medical Education, 501 S. Washington Avenue, Scranton, PA 18505.
