Pescado graso y el riesgo de enfermedades cardiovasculares

Los efectos saludables de los ácidos grasos polinsaturados de cadena larga frente a las enfermedades cardiovasculares se han reportado en un gran número de investigaciones

El consumo de pescado se asocia con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular debido a su contenido en ácidos grasos polinsaturados, pero poco se sabe sobre si este efecto saludable es compartido por todos los tipos de pescado.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Nápoles llevó a cabo esta revisión sistemática con el objetivo de exponer las evidencias actuales sobre la relación entre el consumo de pescado graso o magro y el riesgo de eventos cardiovasculares y de mortalidad global.

Los efectos saludables de los ácidos grasos polinsaturados de cadena larga, específicamente del EPA y DHA frente a las enfermedades cardiovasculares en humanos se han reportado en un gran número de investigaciones. Estableciéndose que una ingesta importante de pescado (como principal fuente alimentaria de EPA y DHA) tiene efectos muy positivos en la disminución del riesgo cardiovascular, principalmente a través de la modificación del perfil lipídico, mejora de la homeostasis de la glucosa, reducción de la resistencia a la insulina, efectos antiinflamatorios, y protección contra el estrés oxidativo.

El equipo realizó una búsqueda sistemática en las plataformas científicas de los trabajos prospectivos realizados en humanos, publicados hasta mayo de 2021, que proporcionaran datos de consumo de pescado. 

Observaron en sus resultados una relación inversa entre el pescado graso (azul) con la incidencia de cardiopatía isquémica, con la mortalidad por cardiopatía isquémica y con la mortalidad total. En cambio, estos resultados no fueron encontrados en el caso del pescado magro (blanco). Las estimaciones resumidas de la incidencia y la mortalidad por Enfermedad Cardiovascular no mostraron una asociación significativa con ambos consumos (ingesta de pescado graso y magro).

En conclusión, los resultados de este trabajo señalan que los beneficios para la salud vinculados al consumo de pescado podrían deberse de forma relevante a los pescados grasos (salmón, sardinas, caballa,..). No obstante, indican que es necesario mantener las investigaciones de consumo que permitan estudiar las relaciones dosis-respuesta así como evaluar todos los mecanismos que relacionan los ácidos grasos omega-3 de cadena larga y otros componentes del pescado azul, con una disminución del riesgo de cardiopatía.


Ref: Giosue y Col. Avances en Nutrición. Relaciones entre el consumo de pescado graso o magro y el riesgo de enfermedad cardiovascular y mortalidad por todas las causas: revisión sistemática y metanálisis. Febrero, 2022.

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