Se trata de fibras dietéticas fermentables que el aparato digestivo no puede digerir y tienen efectos beneficiosos en el huésped. Estimulan el crecimiento de especies beneficiosas de la microbiota intestinal al llegar al intestino grueso, la zona del colon donde se encuentra esta población de microorganismos.
Entre sus beneficios:
- Mejorar la calidad de la microbiota intestinal.
- Mejorar la función intestinal.
- Disminuir el riesgo de enfermedades infecciosas intestinales y de otras enfermedades
En general, buen alimento para nuestras bacterias es fibra presente en alimentos como tubérculos, legumbres, semillas, frutas y verduras, podemos destacar algunos como: puerro, ajo, cebolla, salvado de trigo…
Y además, queremos contaros que hay algo que podemos hacer que va a ser muy beneficioso para favorecer el crecimiento de bacterias beneficiosas y el proceso digestivo y es obtener almidón resistente tipo III, un prebiótico maravilloso porque no se absorbe en el intestino delgado y llega al intestino grueso y son nuestras bacterias las que lo fermentan produciendo ácidos grasos de cadena corta con numerosos efectos beneficiosos para nuestra salud. El truco es cocinar ciertos alimentos y enfriarlos unas horas a temperatura de refrigeración, 4-5ºC (preferiblemente 24 horas) para después consumirlos fríos, a temperatura ambiente o recalentar pero a temperatura media-baja. Los alimentos con los que podemos conseguir este efecto son:
• Patata
• Plátano macho
• Boniato
• Arroz
• Avena
• Manzana
• …
